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Prediciendo el futuro/Diálogo

Yamil Darwich

Está por terminar un año más del siglo que pareciera empezamos a consumir, pero la realidad es que hemos agotado el primer lustro de la centuria entre crisis sociales y fluctuaciones económicas. Llegó el tiempo, como cada año, cuando nos hacemos propósitos personales, familiares y sociales, planeamos cambiar las malas costumbres laborales y prometemos ser un poquito mejores que el año anterior. Ya veremos qué sucede con el paso de los días y meses.

Hay otros seres humanos que se encargan de promover el cambio en nuestras vidas, ellos lo hacen a nivel global; son expertos con alto reconocimiento internacional, que en su área de especialidad investigan, informan, proponen, y advierten sobre acciones e intereses que afectan a todo el planeta y a quienes lo habitamos.

Así, la ONU, UNESCO, FAO y OMS, entre otras, hacen declaraciones públicas que deben tomarse en cuenta para asegurar la permanencia sobre la tierra de humanos, animales y plantas. Este tema es interesante para sacarlo a la luz pública el día de hoy, cuando estamos por terminar el año dos mil cuatro.

Ulya Prigogine, profesor de Química y Física Teórica de la Universidad Libre de Bruselas, Premio Nobel de 1977, por su contribución al estudio de la termodinámica advierte: “Nos estamos desplazando de un mundo de certezas a un mundo de probabilidades”, refiriéndose a lo que los sociólogos llaman “sociedad de la incertidumbre”, donde la biotecnología amenaza a la misma especie humana y muchos pensadores advierten la urgencia de incluir el pensamiento humanista en las acciones cotidianas. ¿Cambiarán las posturas en 2005?

Thierry Gaudín, Presidente de Prospective 2100, ex director del Centro de Perspectiva y de Evaluación del Ministerio de la Industria de Francia, fortalece la postura de Prigogine y declara: “Hoy estamos presenciando un aumento de la exclusión a escala mundial que se está volviendo difícil de aceptar y es previsible que entre hoy y los años 2010-2020 la tasa de exclusión sea tal que la clase dominante no tenga otra elección que cambiar de estrategia. ¿En qué dirección?, sin duda recurrirá una vez más a la educación de las masas y a las obras públicas importantes pero utilizando la tecnología de la época”.

Kimon Valaskakis, ex presidente del Gamma Institute, ex embajador de Canadá en la OCDE y profesor de economía de la Universidad de Montreal dice: “La globalización ha generado una enorme riqueza -somos tres veces más ricos de lo que éramos hace treinta años- pero sólo una tercera parte de la humanidad se ha beneficiado de esa riqueza creciente. Todavía otra paradoja: vivimos en tiempos de paz, pero vivimos en un periodo de gran inseguridad”. Es claro el aviso: los países dominantes deberán buscar cómo atender las necesidades humanas de todos los habitantes del planeta, o serán obligados a hacerlo, movidos por sus propios intereses.

Hervé Le Bras, director de Demografía Histórica en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, profesor y director de investigación del Instituto Nacional de Estudios Demográficos de Francia, avisa sobre las necesidades de adaptación de los usos y costumbres de las sociedades que se ven envejecidas, advirtiendo que las tasas de mortalidad han descendido y habrán de cambiar en relación a trabajo, diversión, jubilación, leyes y reglamentos, etc. “En Francia, el pronóstico de vida crece un año por cada cinco años que pasan”.

Jeremy Rifkin, presidente de Fundation on Economic Trend, en Washington, nos avisa sobre la realidad de la ciencia y la amenaza del uso irracional del conocimiento: “Los ordenadores y los genes están empezando a fundirse en una sola y poderosa fuerza tecnológica y económica que está poniendo las bases para el siglo de la biotecnología”. “Quien controle los genes controlará el siglo XXI”; y Luc Montagnier, que dirigió el equipo que en 1983, descubrió el virus de linfoadenopatía asociada y más tarde se denominó VIH, responsable del Sida, habla de “la renovada aparición de enfermedades, de los retrovirus que han aprendido a vivir con nuestro sistema inmune y de nuevos agentes como las nanobacterias, cinco veces más pequeñas de las que estamos acostumbrados a tratar, que puedan contener el número de genes suficientes para poder sobrevivir en forma autónoma, sin saber aún si tienen poder patógeno, pero si la sospecha de que pueden ser la causa de enfermedades como cálculos renales, esclerosis múltiple y enfermedades cardiovasculares”.

Ayel Kahn es genetista, director de Investigación en el Instituto Nacional Francés de Salud e Investigación y Miembro del Comité Consultivo Nacional de Ética, advierte con suma seriedad que la genética, la eugenesia y la clonación son tres temas de preocupación para la bioética y declara que las biotecnologías han abierto un campo nuevo: “la medicina predicti va”, que permite identificar los genes que hacen a las personas propensas a desarrollar enfermedades. Esta afirmación abre un campo virgen para la investigación y tratamientos médicos, hechos que cambiarán la perspectiva del mundo y la esperanza de vida. Sin duda que seguiremos maravillándonos con los descubrimientos y alternativas de salud.

M.G.K. Menon es miembro de la Academia India de la Ciencia y fue ministro de Estado para la Ciencia y la Tecnología en la India; fundador de la Academia de las Ciencias del Tercer Mundo y miembro del Comité de Bioética de la Unesco. Él habla sobre la población mundial que actualmente es de seis mil millones de personas y en 15 años (2017) será de unos ocho mil millones: “ya no hay más tierra cultivable... la biotecnología ofrece la promesa de mayores rendimientos y cultivos libres de plagas”. Otros investigadores confirman sus expectativas poblacionales y de alimentos, pero aseguran que será necesaria una visión más humanista y compartida para alcanzar a alimentar a toda la humanidad. ¿Al fin harán caso los poderosos?

Mohamed Larbibou ha sido director del Instituto Nacional de Investigación Científica y Tecnológica de Túnez, profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Túnez y profesor asociado de la Universidad Francófona de Alejandría, experto de la OMS, nos habla de la contaminación con pseudohormonas que se acumulan a lo largo de las cadenas alimenticias, cita como ejemplo el DDT y propone líneas de respuesta basadas en el desarrollo sostenible con ética comercial y prohibir la exportación de estos productos.

Niels Skakkebaek profesor y director del Departamento de Crecimiento y Reproducción en el Hospital Universitario de Copenhague, consultor de la OMS también advierte sobre los disruptores endócrinos, sustancias exógenas que provocan efectos de salud adversos en un organismo intacto o en su descendencia y afirma que las dioxinas, pesticidas o el octilfenol tienen funciones antiandrógenas.

De entre ellos, le subrayo las declaraciones de Philippe Collombes, ingeniero agrícola, geógrafo y director ejecutivo para la Cooperación Internacional en la Investigación Demográfica Nacional, que como investigador de la FAO ha declarado: “El norte debe comprender que en esa cuestión –se refiere al hambre mundial- están involucrados sus propios intereses, pues los países del sur pueden llegar a convertirse en consumidores en la medida que los países del norte estimulen su desarrollo”. Más claro ni el agua. ¿Qué le parece?

Sin duda que el futuro es un tiempo de esperanza en temas de salud, alimento y mejor calidad de vida; el reto: adoptar la visión humanista, de una vez por todas. Felicidades y éxitos en el año dos mil cinco.

ydarwich@ual.mx

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