Abren las autoridades municipales estancias y albergues pero éstos permanecerán casi vacíos
COMARCA LAGUNERA.- María Estela tiene 35 años y vive en un jacal al poniente de la ciudad de Gómez Palacio, en las faldas del cerro. Su vivienda está hecha de pedazos de lámina, madera y algunos fierros viejos. Comenta que su casa nunca se ha goteado, pero el aire helado se filtra por entre las láminas, lo que ha derivado en gripa y tos.
Como ella, hay decenas de personas que viven en jacales, sin pavimento, drenaje, gas, alumbrado público, algunos ni siquiera cuentan con cobija alguna que les proteja de las bajas temperaturas que se han presentado recientemente en la Región Lagunera.
La gran mayoría prefiere pasar la fría temporada en sus viviendas antes de acudir a los albergues, pues temen perder sus pocas pertenencias si abandonan la casa. Sin embargo, tampoco la gente sin hogar ha visitado el refugio de Gómez Palacio este año y han continuado en la calle a pesar del clima.
Silvia Arizmendi, encargada del turno vespertino en el albergue ubicado en el gimnasio municipal Luis L. Vargas, explica que casi todas las personas que buscan refugio en este sitio son foráneos, los últimos eran de Ciudad Juárez y Veracruz, así como algunos indigentes, pero en esta temporada, las patrullas de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM) no han llevado a ninguno.
Aquí los refugiados tienen cobijas y techo. Para alimentarse, hay café y galletas. En Navidad les preparan una cena con tamales o pollo, a veces buñuelos, pero lo más valorado es la compañía, pues la época trae ya consigo melancolía.
“Si vienen aquí hay cobijas, pero no hay para llevar, para eso tienen que ir a la Presidencia”, señala la encargada, “pasan la noche aquí y en la mañana salen a conseguir su ‘taco’ ”.
Los que visitan el sitio deben registrar su nombre, edad, lugar de procedencia y razones de por qué se encuentran en el albergue. Muchos son de la frontera y Gómez Palacio es una parada antes de llegar a sus ciudades de origen para reunirse con su familia, por eso se quedan unas noches y en las mañanas piden dinero en las calles.
Los indigentes sí son de esta ciudad. Algunos pasan sólo la primera noche y no regresan. La encargada desconoce las razones. Otros vuelven cuando cae el sol, “cuando les cala el frío”. El albergue cuenta con capacidad para 35 personas, pero actualmente tienen una rotación de seis.
“Viene gente con el frío y también cuando llueve, las personas se enteran a través de los medios informativos de que aquí está el albergue”, manifiesta Silvia Arizmendi, “en Navidad es cuando se sienten más solos y tristes”.
El refugio se encuentra abierto las 24 horas del día para recibir a todas las personas que carezcan de vivienda o un sitio caliente donde pasar la fría temporada y se ubica sobre la calle Javier Mina, entre la Independencia y Santiago Lavín.
AYUDA RESTRINGIDA
La queja es la misma tanto en Gómez Palacio como en Torreón, el apoyo que hace la Presidencia Municipal con cobijas a las familias que viven en pobreza extrema no es para todos, pues los líderes de las diversas colonias las reparten únicamente entre sus simpatizantes.
En un recorrido realizado por El Siglo de Torreón en la colonia Consuelo, al poniente de la ciudad, se recibieron diversas quejas de los ciudadanos debido a la situación mencionada, pues según comentaron los vecinos, los líderes “acaparan” las mantas, que se agotan antes de llegar a los más necesitados.