Alertan sobre el riesgo de que traficantes en México pasen extremistas a EU.
EFE
CANCÚN, MÉXICO.- El Gobierno de Estados Unidos reconoció ayer que desmantelar los nexos entre organizaciones terroristas y de narcotraficantes es un ?área en la que necesitamos cooperación con Interpol y con muchos otros países de esta región?.
En rueda de prensa el vicepresidente de Interpol para América, Michael García, quien es además funcionario del Departamento de Seguridad Interior adscrito a las oficina de Inmigración y Aduanas de EU, señaló que en este tema se ha hecho ?mucho trabajo con las autoridades mexicanas?.
?Tenemos casos específicos que involucran a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el caso de tráfico de drogas, en Miami, Florida, y lo vemos como un riesgo real como parte de la vulnerabilidad de la seguridad interna (de EU)?, dijo García en Cancún, donde se celebra hasta hoy una reunión de Interpol.
Señaló que Interpol ha hecho ?una labor tremenda? para evitar que dinero producto del narcotráfico vaya a parar a organizaciones terroristas.
En este sentido y sobre el mismo asunto el titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Rafael Macedo de la Concha, explicó ayer que México ha sido un agente muy activo en relación con cuestiones de seguridad fronteriza.
?Las fronteras exigen un trabajo intenso por parte de las autoridades mexicanas, no solamente en cuestión de temas de prevención sino en el intercambio de información?, indicó el fiscal general mexicano.
?Sabemos bien que la vulnerabilidad de las fronteras no es sólo las de México, sino las de todo el mundo. Por eso decíamos que el crimen internacional no respeta absolutamente nada en particular?, indicó Macedo.
Por su parte, el presidente de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol), Jesús Espigares Mira, dijo que la organización que encabeza trabaja ante todo en ?dar un plus? en cuestiones de apoyo policial a los países.
En este sentido puso como ejemplo de mecanismos que están dando resultados positivos para incrementar la seguridad transfronteriza, la puesta en marcha de una base de datos con pasaportes y otros documentos de viaje robados o alterados que pudieran ser empleados por las organizaciones terroristas.
Aunque este banco de datos comenzó con unos pocos miles de documentos, actualmente están registrados más de cuatro millones de documentos sustraídos o modificados.