El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- No inquieta a los distribuidores de autos usados la autorización otorgada por el Gobierno para importar unidades en la zona fronteriza norte del país, pero sí les preocupa los problemas que genera la circulación de los autos ilegales en las calles y avenidas de la ciudad.
Salvador Silva Sánchez, presidente de la Asociación Lagunera de Comerciantes en Automóviles comentó que toda la vida se ha permitido la introducción de autos de Estados Unidos en esta franja fronteriza, por lo que no les llamó mucho la atención las modificaciones hechas por la Secretaría de Economía al artículo primero del acuerdo publicado en septiembre de 2003.
La mayor preocupación es la idea que tiene la gente de que las unidades americanas son más baratas que las nacionales. Pese a que dichos vehículos no cuentan con garantías, no tienen placas y no cuentan con documentos que avalen su propiedad, el público opta por adquirirlas, puntualizó el entrevistado.
A partir de 2004 el Tratado de Libre Comercio permite la introducción de autos nuevos, siempre y cuando no tengan más de mil kilómetros recorridos, ni más de tres meses de haber sido fabricados y un 61 por ciento de las partes sean de origen a los socios comerciales.
En cuanto a las unidades usadas, las diferencias de comprar una en el mercado local a traerla no es mucha. Ejemplificó el caso de un auto Spirit 1991 nacional, con un precio de 20 mil pesos. Un auto chueco se paga 16 mil pesos.
De acuerdo a Salvador Silva dichas unidades ilegales no sólo son un grave problema para los distribuidores, sino para la sociedad en su conjunto al no tener una garantía que proteja a cualquier conductor en caso de un percance con el auto.
En materia de ventas, los resultados a la fecha han sido regulares, pero mejor a lo reportado en 2003. Sin embargo, la constante es la incertidumbre que existe en el público sobre el comportamiento económico del país, hecho que hace poner en duda el comprar o no un vehículo.