Messenger será la primera nave espacial en órbita en torno de Mercurio y la primera en más de 30 años que se aproxime al primer planeta. .
CABO CAÑAVERAL, Florida, EEUU (AP) .- Ícaro pereció cuando se acercó tanto al Sol que se derritieron sus alas de cera, pero como a la NASA no le preocupan las mitologías se prepara para su aventura espacial más ambiciosa hasta ahora: una misión a Mercurio.
La Administración Nacional para el Aire y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) planea lanzar la próxima semana la sonda espacial Messenger a la órbita de Mercurio, el planeta del sistema solar más cercano al Sol.
El navío espacial Messenger será lanzado la semana próxima y será el primer vehículo espacial en orbitar el pequeño planeta y el primero en más de 30 años en recorrer sus cercanías.
Cuando gire en torno a Mercurio el Messenger soportará temperaturas de 370 grados centígrados, el equivalente a 11 soles calcinando nuestro planeta.
Curiosamente, la única valla de separación entre los instrumentos científicos y la tórrida temperatura exterior será un edredón de tela de cerámica de apenas un centímetro de espesor.
“Si (el edredón) no se interpone con el sol, todo quedará calcinado”, dijo Neal Bachtell, un técnico mecánico que fabricó el edredón usando una máquina de coser industrial.
Pese a las dificultades que involucra enviar el Messenger a Mercurio, miembros del equipo de viajes espaciales de la universidad Johns Hopkins congregados en Cabo Cañaveral se dan cuenta que la misión no puede competir con las de Marte o Saturno.
Pero hay bastantes elementos interesantes en esta misión al rojo vivo.
Eso puede observarse en las aletas solares gemelas del Messenger, fabricadas con dos mil diminutos espejos que reflejarán la intensa luz del vecino de Mercurio. Las aletas son espejos en dos terceras partes y paneles solares productores de electricidad en el tercio restante.
Aunque Mercurio se halla a 80 millones de kilómetros de la Tierra, el Messenger recorrerá ocho mil millones de kilómetros para llegar al planeta. Es inviable desde el punto de vista tecnológico enfilar directamente a Mercurio, un viaje de escasos meses. Por lo tanto, el navío deberá pasar una vez por la Tierra, dos veces por Venus y tres veces por Mercurio antes de disminuir la marcha para ingresar a Mercurio.