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WASHINGTON, EU.- El presidente George W. Bush se juramentará en enero para un segundo periodo en medio de las mayores medidas de seguridad de la historia de la toma de posesión, y la Policía se propone revisar a cada una de las decenas de miles de personas que se espera se concentren en la ruta del desfile.
Los planificadores de las medidas de seguridad dijeron que no tienen información de inteligencia indicando que algún grupo terrorista intentará atacar. Pero las autoridades se preparan para lo peor.
?Sabemos que estamos en guerra?, dijo Terrance W. Gainer, jefe de Policía en el Congreso, donde se efectuará la ceremonia de juramentación. ?Todo el mundo estará observando. Debemos mantener la vigilancia?.
La toma de posesión del 20 de enero de 2005 es la última en una serie de eventos muy simbólicos para la democracia de Estados Unidos, luego de las convenciones de los partidos demócrata y republicano a mediados de año, y de los comicios en noviembre. Funcionarios encargados de implementar medidas antiterroristas han advertido desde el primer trimestre de 2004 que agentes de Al Qaeda tienen interés en perturbar el proceso democrático.
Para los millones que observen la ceremonia de toma de posesión por televisión, todo lucirá bastante parecido al pasado. Pero cada persona que asista a la juramentación en el Congreso y al desfile será revisada con detectores de metales, y por personal de seguridad. Habrá además más calles de Washington cerradas al público y más vallas de seguridad para crear una zona más grande de protección a las autoridades electas.
?Estará tan bien protegido como resulte posible?, dijo Michael A. Mason, jefe de la oficina en Washington del FBI.
La toma de posesión de Bush ha sido denominada un Evento Nacional de Seguridad Especial. Eso brinda al Servicio Secreto la primacía entre 40 agencias federales involucradas en la planificación y ejecución de normas de protección.
?Trabajaremos como un solo equipo?, dijo Tom Mazur, vocero del Servicio Secreto.
Entre las medidas adicionales de seguridad habrá perros adiestrados para olfatear explosivos, sensores para detectar material químico, radiológico o biológico, y numerosos helicópteros de la Policía y aviones del Ejército. Miles de policías llegarán de los suburbios de Washington y de otras ciudades para ayudar a controlar el tráfico y la multitud, y para otras tareas.