Un suicidio consumado y otro que sólo quedó en intento se registraron en colonias del municipio de Gómez Palacio y en la capital del estado, resultando una ama de casa sin vida y un individuo que se recupera en el hospital, víctimas de una asfixia mecánica por ahorcamiento y el otro después de sufrir una intoxicación medicamentosa.
A dos meses de su salida del Hospital Psiquiátrico, Ana Cristina Sariñana Lozano, de 30 años de edad, durante la mañana de ayer decidió escapar por la puerta falsa, después de cierto tiempo que duró agobiada por recurrentes crisis nerviosas y que a pesar de que recibía tratamiento médico nunca pudo recuperarse.
Los hechos se registraron en el interior de un domicilio del ejido Jabonoso, municipio de Gómez Palacio, cuando el miércoles por la mañana, Minerva Vázquez Sariñana, de 11 años de edad, hija de la hoy occisa, como cada día, se levantó para ayudar a su madre a las labores el hogar, sólo que al salir al patio vio el cuerpo sin vida de su madre colgando por el cuello de un alambre que previamente ató al tendedero.
Sin atemorizarse, rápidamente trató de bajar el cuerpo, en un intento por salvar a su progenitora, pero a pesar de sus esfuerzos no lo consiguió.
Con gritos de angustia, la pequeña llamó a su padrastro, Domingo Vázquez García, de 37 años, el cual por la esperanza de que estuviera con vida, llamó a los paramédicos de la Cruz Roja, en tanto él descolgaba el cuerpo, pero todo fue en vano.
El dolido esposo certificó a las autoridades desde hace varios años su mujer padecía de ataques de nervios; por ello pasó dos meses en el Hospital Psiquiátrico en tratamiento.
En otro caso que se debió a una supuesta decepción amorosa, José García Ramírez, de 37 años, vecino de la colonia Benito Juárez, cayó presa de una profunda depresión a tal grado de tratar de quitarse la vida ingiriendo una cantidad considerable de barbitúricos.
Fue gracias a su madre, Felipa Ramírez Terrones, de 76 años de edad, que José no alcanzó su fatídico fin al verlo tirado en el piso de su cuarto, completamente privado de la razón; por eso solicitó el auxilio de los paramédicos de la Cruz Roja y lo trasladaron al Seguro Social, donde lograron salvarle la vida.