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Presas pondrían en riesgo biodiversidad de Aguanaval

Por Primitivo Javier González

El Siglo de Torreón

Torreón, Coah.- La construcción de las presas significará la pérdida de biodiversidad del río Aguanaval, en cuyo entorno existen peces endémicos y ejemplares forestales muy antiguos, destaca un estudio de los investigadores ambientalistas Eduardo Blanco Contreras, Salvador Contreras Balderas y Francisco Valdés Perezgasga.

El documento elaborado por los tres profesores menciona que en el río Aguanaval existe un tramo de unos 30 kilómetros de bosque de galería que incluye antiguos sabinos o ahuehuetes.

El citado bosque persiste de manera discontinua desde el Cañón de la Cabeza hasta la presa de La Flor, incluyendo los parajes del Paso de las Trocas y el Cañón del Realito. Otros elementos son los Sauces que se encuentran desde el Cañón hasta la Flor de Jimulco.

El bosque contiene árboles muy antiguos, como los ahuehuetes o sabinos (de varios cientos de años) y poblaciones de sauces bien estructuradas y sustentadas por ejemplares jóvenes y adultos.

Otro aspecto importante de la biodiversidad del sitio descrito ?resalta el documento?, es la población de Noas (Agave victoriae-reginae) ubicada en el Cañón de la Cabeza, que constituye quizá el bastión más extenso e importante de ese agave en la región y un elemento a considerar para la conservación del germoplasma de esta especie.

Los ejemplares de Noa llegan casi hasta la base de los cerros y trepan por encima de los acantilados hasta el aluvión superior, así como desde el inicio hasta la salida del Cañón por ambas paredes rocosas, donde se localizan ejemplares de todas edades, incluso reproductores.

La construcción de una presa previa al corredor ripario, señala el estudio, desecaría el ambiente tanto en el aire como en el suelo y propiciaría el deterioro paulatino de la trama de la vida del lugar, pues los ecosistemas de zonas áridas son frágiles por naturaleza.

Estas asociaciones poco comunes en la región, añaden los investigadores, deben ser resguardadas de forma prioritaria por los beneficios ambientales y sociales que proporcionan, ya que son además la base de la cadena alimenticia para otras especies de fauna que ocurren en dicho corredor.

Por otra parte, los peces que habitan en las aguas del río Aguanaval, que discurre por los Estados de Zacatecas, Durango y Coahuila, son endémicos, es decir, no se encuentran en ningún otro lado del mundo. En general, son peces que también se encuentran en la cuenca del río Nazas, derivados de la comunidad de peces del río Bravo.

Cada día disminuye el número y abundancia de especies nativas debido a la combinación de factores de impacto por un desarrollo insostenible, irrespetuoso del medio natural, tales como siembras, contaminación ubana y agrícola, reducción de caudal y alteración de hábitats, como presas y canales.

Por otra parte, las especies de peces nativos son excelentes bioindicadores que permiten detectar numerosos impactos ecológicos y ambientales con mucha antelación a los niveles críticos en los hábitats terrestres, lo que permite una alarma temprana y un alto nivel de calidad potencial definible. ?Su pérdida nos deja sin un instrumento eficaz de vigilancia y monitoreo?.

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Intervención

La intervención del Instituto Nacional de Ecología (INE) y de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, en el análisis del proyecto de las presas del río Aguanaval, solicitó por escrito el ambientalista Francisco Valdés Perezgasga, al secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Alberto Cárdenas Jiménez.

En su misiva, Valdés Perezgasga enfatiza que el ecosistema ripario del Aguanaval corre peligro por la pretendida construcción de dos presas: El Tigre y el Cañón de la Cabeza.

?Está calculado que el aporte anual de un ecosistema ripario a la economía ronda los veinte mil dólares por año, lo que subraya los daños económicos que estas presas causarán y por otra parte, la calidad ambiental del área que será afectada aguas debajo de estos proyectos, llevó al municipio de Torreón a decretarla Reserva Ecológica Municipal en votación unánime del Cabildo el 27 de junio del año pasado?.

La construcción de las dos presas, enfatiza el ambientalista, amenaza en forma seria la viabilidad de buena parte de la reserva y significará la muerte de un ecosistema ripario único en el centro del Desierto Chihuahuense.

Las obras hidráulicas, añade, significarán la extinción de varias especies de organismos que están protegidas por las leyes y el sufrimiento de poblaciones de algunas otras especies que son ya objeto de preocupación.

?Además, los objetivos que persiguen ambas obras no serán conseguidos, las inundaciones seguirán produciéndose y el declive económico de San Juan de Guadalupe no se detendrá, según la conclusión del estudio de impacto ambiental respectivo.?

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