26 de marzo de 2004.
Detroit, EU, (EFE).- El candidato demócrata a la presidencia de EU, John Kerry, presentó hoy su programa económico, con el que busca atraerse a la clase media y los trabajadores frente a las críticas de la Casa Blanca de que subirá los impuestos.
El discurso de Kerry en Detroit, el primero en una intensa campaña que en los próximos días le llevará por veinte ciudades de EU, pretende presentar al senador por Massachusetts como un moderado en política económica, una de las claves de estas elecciones.
Durante el mandato de George W. Bush se han perdido en torno a los 2.2 millones de puestos de trabajo y todas las encuestas apuntan que la económica es la gestión que más critican los estadounidenses a su presidente.
Entre las propuestas presentadas hoy, el candidato demócrata se comprometió a crear diez millones de puestos de trabajo en los próximos cuatro años.
Frente a las críticas de la Casa Blanca, que le acusan de pretender una amplia subida de impuestos, prometió recortes fiscales a la clase media y a las empresas.
La elección de Detroit, la capital de la industria automovilística de EU, como la ciudad para lanzar su mensaje económico tiene un gran valor estratégico. Detroit es una de las ciudades que más ha padecido la pérdida de empleos registrada en los últimos tres años.
Además, el estado al que pertenece, Michigan, es uno de los 18 que demócratas y republicanos han identificado como indecisos para estas elecciones debido a la escasa diferencia entre Bush y el candidato demócrata de 2000, Al Gore, que fue de menos del 6 por ciento.
Una serie de encuestas publicadas en los últimos días en cinco de esos estados -Ohio, Wisconsin, Virginia Occidental, Pensilvania y Florida- apuntan a un virtual empate entre los dos candidatos, con diferencias inferiores a los cuatro puntos porcentuales.
Así las cosas, Bush también se ha puesto en pie de guerra y hoy participaba en un acto en Nuevo México para desplazarse después a Arizona, otros dos estados en disputa.
Y este jueves comenzó a emitirse en varios estados una campaña de propaganda televisiva en la que se critica la política económica de Kerry y que ha sido sufragada con el dinero que Bush ha recaudado ya para su reelección, más de 150 millones de dólares.