Madrid, (EFE).- Paul Burrell, mayordomo y confidente de Lady Di, dijo en Madrid, durante la presentación de "La vida real de Diana de Gales", que escribió este libro "para responder a muchas preguntas y destruir mitos y mentiras".
"Lo escribí para defender la memoria de la princesa en un momento en el que muchos querían expoliar su memoria o destruir su trabajo", añadió Burrell, quien permaneció al servicio de la princesa hasta su muerte en París en 1997.
Según Burrell, este libro "está escrito en defensa de cuatro mujeres, mi madre, la Reina de Inglaterra, la Princesa y mi mujer María", sin cuyo apoyo "no hubiera superado estos años difíciles".
El autor comentó que "todas las páginas del libro están escritas con amor, con la presencia de la princesa en mi mente" y añadió que "cada día después de escribir me hacía dos preguntas: si lo hubiera aprobado ella y si le hacía justicia. La respuesta era afirmativa, en otro caso no lo habría publicado".
Estas páginas permiten conocer a la princesa de primera mano, a través de las charlas en Highgrove con Burrell, la persona que, en palabras de la propia Diana, es "el único hombre en el que puedo confiar".
En opinión del mayordomo, el libro "no es una traición" a la princesa, pues se trata de "un viaje a través de mi vida, he dejado que se vea dentro de mí como por una ventana".
"He sido criticado por el éxito (se han vendido más de millón y medio de ejemplares en todo el mundo), no debo disculparme por los beneficios económicos que he conseguido porque me fue arrebatado mucho durante mucho tiempo, casi lo perdemos todo", explicó Burrell.
Aseguró que hace seis años le "ofrecieron millones" por publicar esta obra, "pero no era oportuno, el momento es ahora", y señaló que no tiene planes ni intención de escribir más en el futuro sobre Diana de Gales, aunque "he aprendido a no decir nunca jamás y, si me veo forzado a defender otra vez la memoria de la princesa, lo haré".
En "La vida real de Diana de Gales", Burrell publica una carta que le envió Lady Di en octubre de 1996, que podría llevar a la conclusión de que su muerte y la de su compañero, Dodi Al Fayed, no se debió a un accidente, sino a un asesinato.