EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- La Vitivinicultura en el Pueblo de Santa María de las Parras. Producción de Vinos, Vinagres y Aguardientes Bajo el Paradigma Andaluz (Siglos XVII y XVIII), es el título del ejemplar que se presentará el día de mañana en punto de las 20:30 horas, en el Instituto Municipal de Documentación y Centro Histórico Eduardo Guerra.
Además, se realizarán presentaciones en Parras de la Fuente el 19 de noviembre en la Hacienda del Perote a las 19:00 horas, y en la ciudad de Saltillo el día 26, en el Archivo Municipal de Saltillo en punto de las 19:30 horas.
La documentación del que en primer lugar fuera una tesis, autoría de Sergio Antonio Corona Páez, procede del Archivo Histórico del Colegio de San Ignacio de Loyola de Parras y del Archivo General de la Nación, la cual está relacionada con la tecnología agrícola y vitivínicola, con el uso y manejo del agua, calendarios agrícolas, mano de obra indígena y española, economía mercantil, propiedad, posesión y arrendamiento de la tierra, arrendamiento de los bienes de producción vinícola (maquila), tipología de los productos vinícolas, volúmenes de producción, redes y formas de distribución local, regional e interregional.
Antecedentes
La producción vitivinícola de Santa María de las Parras -casi desconocida hasta el día de hoy- fue el resultado de una serie de afortunadas circunstancias, dice el autor del ejemplar.
El clima templado de la Nueva Vizcaya había permitido la introducción de la vitis vinífera en ciertos lugares de su vasto territorio, y en escala significativa en el presidio de Paso del Norte y en Santa María de las Parras.
Cabe mencionar, durante el Siglo XVIII España había orientado el grueso de su producción vitivinícola hacia los mercados europeos, particularmente a Inglaterra. Los vinos y aguardientes legítimos parrenses abastecían a las provincias septentrionales de la Nueva España a las que ni siquiera alcanzaban a llegar los vinos y aguardientes españoles que entraban por Veracruz.
Este hecho consolidó en gran medida la producción comercial parrense, además se debió a su riqueza argentífera, al número de sus habitantes, hábitos de consumo y número de arrobas de vinos y aguardientes importados de la Península.
Por otro lado, el clima favorable que incitó el despegue de su producción comercial vitivinícola en 1777, cuando la producción de aguardiente fue de más de 23 mil 974 arrobas (sin contar el vino) y representaba más del 34.28 por ciento que España exportaba anualmente a sus colonias americanas en la segunda mitad del Siglo XVIII.
No sería sino hasta el último tercio del Siglo XIX que Evaristo Madero, moderno hombre de negocios, introduciría en Parras de la Fuente el nuevo paradigma enológico europeo, al crear la Casa Madero, con nuevas cepas europeas para la producción de vinos y brandies.
DEL AUTOR
El escritor Sergio Antonio Corona Páez es doctor en historia por la Universidad Iberoamericana (UIA) Santa Fe.
-Es actual coordinador del Archivo Histórico Juan Agustín de Espinoza de la Universidad Iberoamericana (UIA) Torreón.
-Investigador del proyecto del Sistema UIA-ITESO Fe y Cultura (Mentalidad religiosa).
-Es académico correspondiente en México desde el pasado mes de diciembre, por parte de la Academia Melitense Hispana (con sede en Madrid).
FUENTE: Instituto de Documentación
y Centro Histórico Eduardo Guerra