Para este año la pretensión es llegar a incorporar a ocho núcleos al Programa de Certificación de Derechos Ejidales, con una cobertura estimada en 115 mil hectáreas, dijo el delegado de la Procuraduría Agraria, Jesús Retamoza Vega.
Indicó que desde la instauración del Procece, como se conoce al mencionado programa por sus siglas, han sido certificados mil 060, de los 101 son predios de tipo comunal y el resto son ejidos.
Destacó que en el ejercicio del 2003, se alcanzó la certificación de 16 núcleos agrarios con una superficie total de 290 mil hectáreas, mientras que para este 2004, se ha proyectado llegar a la mitad de la meta del año pasado.
Bajo estas proyecciones, siguen pendientes de incorporarse al mencionado programa, 44 ejidos y comunidades que están clasificados como los más difíciles por las conflictos de tipo agrario, cuestiones de linderos, controversias internas y otras circunstancias.
De acuerdo con informaciones del sector agrario, en el estado de Durango hay 132 mil 202 personas con carácter de comuneros y ejidatarios, distribuidos en mil 104 núcleos que representan una extensión del orden de las ocho millones 272 mil 600 hectáreas.
La composición de la tierra es de la siguiente manera: cinco millones 847 mil hectáreas son de 984 ejidos y dos millones 424 mil hectáreas se distribuyen entre 120 comunidades.
El año pasado se certificaron tierras ejidales y comunales en los municipios del Mezquital, San Dimas, Tamazula, Indé y Durango, principalmente, mientras que para este ejercicio podrían incorporarse otras municipalidades donde hay núcleos que están en condiciones de ingresar al Procede, apuntó Retamoza Vega.
CRÍTICA
Más agilidad al Procede
Las autoridades del sector agrario deben resolver con prontitud los problemas de rezago en cuanto a tenencia de la tierra, dijo el regidor capitalino Valente Palomares Delfín, quien destacó que el Programa de Certificación de Derechos Ejidales tiene que acelerarse.
Asesor también de la Comisión Nacional Forestal, Palomares Delfín manifestó que persisten los problemas de linderos, empalmes y otros tipo de conflictos que frenan el desarrollo y el acceso a programas oficiales, principalmente vinculados al aspecto rural.