A pesar de la negación, el desencuentro es el común denominador entre los que salen y los que intentan llegar
El Siglo de Durango
Durango, Dgo.-Ellos lo niegan pero la rivalidad entre Ángel Sergio Guerrero Mier e Ismael Hernández Deras es un secreto a voces. Restan seis meses para el relevo sexenal y los desencuentros se han convertido en el común denominador entre el poder que sale y el que intenta llegar.
Es un pleito generacional de grupos priistas que no han sabido acomodarse luego del 14 de diciembre de 2003, fecha que significó el inicio de una abierta disputa de poder entre la línea oficial y una naciente clase política.
Pero esa disputa trasciende lo político; las consecuencias se extienden a todos los sectores de la sociedad duranguense.
Ex gobernador en el sexenio 1986-1992, José Ramírez Gamero sostiene: “Desde que fue sepultada la figura del ‘presidencialismo’ priista en el año 2000, desaparecieron los soldados; ahora todos quieren ser generales... los gobernadores quieren asumir la investidura de virreyes”.
A decir de Pedro Peralta Chavarría, director del Instituto de Ciencias Sociales de la UJED, es un “choque de trenes” el que se percibe en el proceso político que vive actualmente el priismo de Durango, en el cual alguien rompió las nunca escritas “reglas de oro del partido”, que facilitaron la hegemonía durante décadas.
El propio Ismael justifica y amortiza las críticas que han surgido desde Zambrano en su contra. “Esta etapa es nueva para el PRI de Durango... todavía en 1998 teníamos la figura del presidencialismo. Hoy ya no”. Aunque niega la pugna con Hernández, Guerrero Mier dice localizar el problema de fondo: “La concertación y la conciliación y la relación política son fundamentales”.
Militante priista desde hace más de 30 años, Efrén Enríquez Ordóñez ve un claro enfrentamiento entre el poder que se va y el que viene llegando: “La confrontación interna que se está viviendo es porque el que se va no reconoce que su tiempo en el poder ya concluyó”.
Con una sola frase el ex gobernador Ramírez Gamero intenta resumir el futuro próximo de un gobernante que está por terminar: “Es en la agonía de un sexenio cuando empieza el cobro de facturas. Es cuando llega el momento de la soledad...”.
SEÑALES
Treinta y dos votos de diferencia a favor de Ismael Hernández Deras en la elección del 14 de diciembre de 2003, significaron el proceso de reacomodo de las fuerzas políticas, el cual se ha tornado violento y representa una asignatura pendiente de consolidación para el candidato.
El PRI comezó a partirse desde la convocatoria para la elección del candidato a la gubernatura, entre los días 1 y 5 de noviembre, cuando diversas voces impugnaron el procedimiento de insaculación de delegados.
Días antes a la convocatoria, Francisco Monárrez Rincón ya había mandado una señal clara del apoyo del Ejecutivo a Carlos Herrera, al renunciar a su aspiración y sumarse al lagunero.
La descomposición de esa disciplina partidaria comenzó desde 2000. Pero los enfrentamientos fueron evidentes a partir de que el candidato surgió del grupo contrario al de Guerrero Mier.
Después del 14 de diciembre, surgió la inconformidad de grupos ligados al Ejecutivo o a Herrera Araluce, quienes llevaron hasta las últimas instancias su impugnación contra la elección de Ismael.
Sin mayores sobresaltos, el grupo político del candidato llegó al control del Comité Directivo Estatal y al reacomodo de los comités municipales. Sin embargo, desde enero y febrero pasados exigieron la dirigencia de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), pero les ha sido negada. Los ‘ismaelitas’ sospechan que el grupo ‘guerrerista’ se niega a entregar las estructuras de poder.
Luego empezaron los procedimientos para la elección de candidatos a diputados. El 1º de marzo de este año, un contingente de la Confederación Nacional Campesina (CNC) y la Alianza de Camioneros se apoderó por la fuerza de las oficinas estatales y municipales del partido. Para los ‘ismaelitas’ el mensaje fue claro: la exigencia a negociar y a ceder posiciones estratégicas como la Alcaldía de Durango.
Ahora, para la integración de la Comisión para el Acceso a la Información, la propuesta del Ejecutivo estatal fue hecha sin consultar a Ismael; como era de esperarse, inició el forcejeo.
En la elección para las diputaciones, los mismos grupos insurrectos han protagonizado actos violentos en más de cinco ocasiones. El grupo de Ismael sostiene que no dejará libre la alcaldía capitalina para Gustavo Lugo Espinosa.
PLEITO VISIBLE
“Son pleitos de grupos por el poder. El PRI se maneja con con sectores y cada uno quiere acceder a la mayor parte de posiciones que se ofrecen en las contiendas electorales, con su consecuente acomodo en funciones administrativas”, opina Pedro Peralta, del Instituto de Ciencias Sociales de la UJED.
El investigador social señala: “Normalmente un Gobernador saliente dejaba al entrante el suficiente margen de ir construyendo su equipo de trabajo, originalmente en términos de campaña, y posteriormente para la administración pública”.
Ahora, dice, lo que se observa es que al romperse esas reglas no escritas y que el Ejecutivo no está dando toda esa libertad, obviamente choca con la necesidad que tiene el candidato de construir su equipo; y éste, pues responde de manera política para hacerse de mayores espacios. Eso lo vemos en bastantes precandidaturas a nivel de diputaciones y presidencias municipales”.
Efrén Enríquez Ordóñez, aspirante a la candidatura por la Alcaldía de Durango, emanado del sector cetemista dice que a la perdida del presidencialismo, el gobernador Guerrero Mier se enviste en él regionalmente. “Por eso los sectores representativos se oponen a que él asuma ese papel porque acostumbrados tradicionalmente a que hubiese un candidato que determina, y concilia las fuerzas del partido, pues todo lo político se tenía que hablar y entender con él”.
—Eran leyes no escritas pero que eran respetadas, y hoy se rompen y en lo subterráneo se empieza a maniobrar y a descomponer, y utilizan a gente con representación o no, al no ver resueltas y satisfechas sus aspiraciones legitimas o no.
Enríquez Ordóñez advirte que “el priismo que maneja Evita (se refirió así a Margarita García de Guerrero) a través del DIF, y por otro lado el Gobernador a través de Obras Públicas y Finanzas, va a incidir y hacer todo lo posible para imponer a través del priismo duro a Lugo”.
Pedro Peralta recuerda que la transición del poder de Maximiliano Silerio a Guerrero Mier fue más tranquila. “Hace seis años todavía existía el fiel de la balanza, existía un Presidente de la República con poder para equilibrar a las fuerzas al interior del PRI. Hoy los que se constituyen en ese fiel de la balanza, son los gobernadores”.
Y Efrén remata: “Es que el poder atolondra, el poder pierde; y cuando hay obsesión y pasión, pierde más... y si le agregamos senectud...”.
DIVORCIO
Los analistas coinciden que negar la fractura del PRI es parte de la simulación que aún prevalece.
A pesar de las trabas que pusieron sus respectivos jefes de prensa, El Siglo de Durango logra entrevistar por separado y en exclusiva a Ismael Hernández y a Guerrero Mier, quienes niegan estar confrontados.
“No, no, no, en lo absoluto... ¡Ésas son puras burdas mentiras!”, responde el Gobernador.
Luego de insistentes preguntas sobre una situación que parece evidente, dice: “Creo que es falta de concertación política. Yo nada más les digo una cosa: que se acuerden cómo negocié y concerté yo en 1998 la integración del Congreso del Estado y de las Presidencias Municipales”.
Agrega: “Que haya algunas gentes que estén participando con posibilidades de lograr una candidatura de diputado, o de presidente municipal, que estuvieron colaborando con mi administración o en cargos partidistas durante los seis años de Gobierno, pues ésa es otra cosa. Ellos tienen su propio perfil personal. Ellos no obedecen ni a una consigna ni a un impulso de Guerrero Mier. Ellos tienen su carrera”.
Y lanza su crítica: “¡Que no sean tontos! La concertación y la conciliación y relación política son fundamentales. No nada más se trata de que yo tengo tantas gentes y éstas tienen que ser”.
En tanto, Ismael alza la voz para acotar: “No es cierto... el licenciado Guerrero Mier y yo en este momento tenemos una coordinación plena y un respeto a nuestras esferas de actividad, y yo creo que en la política hay participación, hay pasión, pero en ningún momento hay desencuentro”.
El candidato del PRI al gobierno estatal niega que, como sostiene Guerrero, sean “tontos” en las cuestiones de concertar y negociar.
“No coincido que los dirigentes del partido estén actuando de una manera superficial ni equivocada; al contrario, yo reconozco que le han dado cauce a todas las inquietudes para que la militancia y la sociedad decidan quiénes son nuestros candidatos. La unidad no quiere decir que sea unilateral la decisión, ni unipersonal. Yo estoy de acuerdo que los tiempos han cambiado”, dice Hernández.
La parte final de la entrevista con el Gobernador se vuelve atropellada:
—Los que afirman que hay pleito entre usted e Ismael dicen que al finalizar el gobierno de Silerio no había esas condiciones de conflicto porque el Gobernador saliente entendía que ya no eran sus tiempos...
—No, no. Por eso. No es cosa del saliente, es cosa del entrante. Yo entré en el 98, ¿no? Y yo...
—Pero ¿que el saliente no se metió a los procesos?
—No tuvo necesidad de meterse, porque yo uní a todos los grupos políticos.
—¿Le ha faltado eso a Ismael?
—No sé a quién le haya faltado. Yo no me atrevo a hacer ni voy a entrar en polémicas de ese tipo.
REGLAS DE ORO
En la recta final del sexenio, comienzan el cobro de facturas con señalamientos en contra del gobernante, donde prevalecen las aspiraciones protagónicas de quienes aspiran a colocarse con la nueva administración. Así mismo, llega el tiempo de la soledad para el saliente.
El dirigente estatal de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), José Ramírez Gamero, señala que no ha observado un enfrentamiento entre el Ejecutivo y el candidato del PRI a la gubernatura. Pero reconoce que existen “reglas de oro” no escritas, que en su tiempo él respetó: “cuando surge el abanderado del priismo, éste toma las riendas del partido y coloca a su gente sin que tenga ingerencia el gobernante en turno”.
La apreciación de una confrontación, dice Ramírez Gamero, es provocada precisamente por esas aspiraciones personales de algunos actores que asumen posiciones protagónicas para hacerse notar.
El líder de la CTM reconoce que cuando Gustavo Lugo Espinosa era el dirigente estatal del PRI, había una relación más directa con Guerrero Mier, a diferencia de la actual dirigencia que encabeza Adrián Valles.
“Pero no debe de olvidarse que el Mandatario en turno seguirá teniendo su carácter de líder del priismo hasta el 15 de septiembre, cuando termine su administración. El liderazgo no es para pretender dirigir, sino para aconsejar y orientar, si es que los nuevos directivos recurren a él”.
Por su parte, el presidente del Sector Privado Empresarial, Jorge Saravia Castillón, no quiere opinar con relación a la confrontación entre el Gobernador y el candidato del PRI de manera particular, argumentando que es parte del equipo de trabajo del abanderado tricolor.
No obstante, días antes el empresario había declarado sobre los diferentes conflictos sociales que se tienen en diversos sectores, como el empresarial, los burócratas y de manera particular al interior del PRI, donde comenzaban a surgir las pugnas por las posiciones; y al respecto había advertido que esto se debía a la intromisión del gobierno estatal para el control de las instituciones, impulsando a grupos o personas funcionales al mismo.
Pero Efrén Enríquez Ordóñez no esconde nada sobre el conflicto Guerrero Mier-Ismael. “Lo que pasa es que aquí, es obvio y es evidente que el Gobernador, desde que perdió el 14 de diciembre, se ha encargado de estarle poniendo piedritas en el camino a Ismael Hernández Deras, de todos tamaños y formas”.
Mientras, el panorama que percibe la sociedad es de divisionismo, con el consecuente daño que eso puede generar en el ánimo del electorado para acudir a las urnas el 4 de julio. La historia de confrontación entre ambos grupos desde la cúpula del poder no acabará de la noche a la mañana.
La Iglesia guarda distancia
Con extrema prudencia, el arzobispo Héctor González Martínez señala: “Yo no meto a juzgar las divergencias o confrontaciones entre los políticos, ellos tienen que zanjar sus propias diferencias, sin afectar la armonía y el desarrollo de la comunidad”.
Sobre la presunta rivalidad política entre el mandatario Ángel Sergio Guerrero Mier y el candidato a gobernador por el Partido Revolucionario Institucional, Ismael Hernández Deras el jerarca católico responde “si hay esas diferencias, entonces ellos tienen que resolver sus discrepancias, sobre todo procurando evitar cualquier perjuicio o daño a los ciudadanos”.
Dice desconocer la existencia de un encono entre ambos personajes políticos, de cara al proceso de sucesión gubernamental en Durango, pero reconoce que las discrepancias y las divisiones son parte de la condición humana.
Al cuestionársele sobre la polarización en todos los sectores ocasionada por el conflicto entre Guerrero Mier e Ismael, se mantiene al margen: “En esos asuntos yo no me meto a juzgar actitudes de personajes políticos o al interior de los partidos”.
Dice que las divisiones o discrepancias son una oportunidad para el diálogo, para el entendimiento y sobre todo son un llamado para la unidad, independientemente de partidos políticos, candidaturas u otras situaciones.
En su reflexión, expone que generalmente las divisiones o falta de entendimiento, son pasajeras, pasan de un momento a otro, sólo se requiere que las partes con diferentes puntos de vista dialoguen y encuentren puntos de conciliación o reconciliación.