EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Los bajos salarios que percibe una inmensa mayoría de los trabajadores mexicanos, son una parte de la política gubernamental que va encaminada a golpear a este sector de la sociedad y que por el contrario, privilegia las demandas de los empresarios, quienes tienen garantizadas sus ganancias de todas las inversiones que realizan.
Fernando López Oropeza, coordinador de la Coalición Pro Justicia en las Maquiladoras, dijo que “tenemos un gran problema, que se relaciona con que el Estado ha dejado de ser conciliador entre las clases sociales, ha delegado esa responsabilidad y ahora las decisiones importantes las toma la Iniciativa Privada”.
De entrada, según refirió, el salario que percibe el grueso de los trabajadores es insuficiente para satisfacer sus necesidades básicas de alimentación, educación, salud y vivienda.
Con relación al incremento de poco más del cuatro por ciento que se autorizó a los salarios mínimos y que se traduce en un peso con 70 centavos, dijo que éste queda prácticamente pulverizado si se toman en cuenta las constantes alzas que sufren durante todo el año los alimentos básicos como la leche, cuyo costo por litro alcanza los ocho pesos y la más reciente de 50 centavos para el kilogramo de tortilla.
Los alimentos sólo son una parte de todo ese conjunto de necesidades que deben satisfacer los trabajadores a sus familias, pues también está el brindar educación a los hijos, que acumulada con la de procurarles salud, el salario mínimo con todo y su incremento no significa nada.
Entre la clase trabajadora, según expuso el dirigente de la organización, hay muchas necesidades de una vivienda propia, pero no todos los obreros pueden pagarla y si recurren al arrendamiento, deben cubrir mensualidades que oscilan entre los 600 y los mil pesos.
Fernando López expuso que un alto porcentaje de las familias son sostenidas por mujeres, quienes casadas o solteras se enfrentan al dilema de hacer rendir sus pocos ingresos y difícilmente lo logran.
A su consideración, los empresarios mexicanos incurren en vicios al practicar un doble registro de sus trabajadores en el Seguro Social y la Secretaría de Hacienda, donde figuran con distintas cotizaciones y por lo tanto, esto influye en perjuicio de sus ingresos y prestaciones.
La Coalición Pro Justicia en las Maquiladoras, no está de acuerdo con la existencia de los topes salariales, pues no existe ninguna relación entre éstos con las ganancias que registran las empresas gracias a la fuerza laboral que aportan sus empleados.
Además, dichos topes violentan la propia Constitución, la cual establece que el salario que perciba un trabajador debe satisfacer las necesidades más elementales.
Ofensa
Sandra es empleada de una tienda de regalos desde hace un año y como miles, se sintió ofendida con el raquítico incremento salarial del cuatro por ciento, pues sus ingresos de 600 pesos por semana apenas le alcanzan para sobrevivir.
Madre de dos pequeños, uno de seis y otro de cuatro años, considera que es un insulto que se haya autorizado un aumento tan bajo que no supera los dos pesos diarios, cuando las condiciones de los trabajadores mexicanos son tan difíciles que ni siquiera en la considerada como mejor época del año en términos económicos, pueden solventar sus necesidades.
“Todos esperamos con ansia la llegada de diciembre, pero cuando esto sucede ya debemos lo poco que recibimos de aguinaldo, difícilmente podemos planear más allá del comer y tener lo necesario para mandar a los niños a la escuela”.
Con respecto al aumento al precio del kilogramo de tortillas que se puso en marcha ayer, la madre trabajadora consideró que sólo es uno de los que seguramente vendrán con el inicio del próximo año.
“Con el sueldo que yo tengo no alcanza para ir a surtir la despensa cada semana, lo que hago es que voy comprando conforme se va necesitando, ya hasta eso se está convirtiendo en un lujo para los que ganamos poco”, según señala.