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WASHINGTON, EU.- La guerra contra Irak, que podría haber significado una gloria para el presidente George W. Bush, en realidad podría convertirse en su talón de Aquiles, y también en una pesada herencia para el candidato demócrata, el senador John Kerry.
Cualquiera que gane el martes, el próximo líder estadounidense deberá enfrentar durante años la situación en Irak y sus repercusiones.
“Pienso que todas las tendencias que vemos en la insurgencia (iraquí) indican que no va a ser derrotada o quizá ni siquiera contenida en los próximos uno o dos años, independientemente de la intensidad de nuestra participación militar” dijo Michael O’Hanlon de Brookings Institution. Esta institución se dedica a evaluar las políticas de Estados Unidos.
Pese a que Bush exalta que el país se recupera de la opresión de Saddam Hussein, los hechos en Irak han creado problemas políticos para el Presidente antes de la elección del martes.
La tarea del próximo Presidente norteamericano incluirá encaminar a Irak hacia las elecciones, acelerar el entrenamiento de las fuerzas iraquíes y estabilizar las cosas lo suficiente como para que los iraquíes se hagan cargo de su propia seguridad cuando los estadounidenses se vayan del país.
Los asesores de Bush insisten que las elecciones ocurrirán según lo planeado, pero Kenneth Pollack, un ex funcionario de seguridad nacional del Gobierno de Bill Clinton, dijo que dada la inestabilidad, “No veo cómo pueda pasar eso”.
Por otra parte, Zbigniew Brzezinski, asesor de seguridad nacional del Gobierno de Jimmy Carter, ha rechazado los planes de ambos candidatos por considerarlos imposibles de llevar a la práctica. También advirtió que “Las acciones de Estados Unidos pueden forzar a que los musulmanes moderados y extremistas se unan en una guerra civil antiestadounidense”.
Esta semana escribió en un diario que esto sólo se puede evitar si Washington y Europa se aproximan a los musulmanes moderados en una “gran alianza” para resolver tres grandes puntos de conflagración: Irak, Irán y el conflicto palestino-israelí.
En Irak no se encontró ninguna reserva de armas de exterminio, la principal razón que dio Bush para invadir Irak.
Además, la presunta conexión entre Bagdad y Al Qaeda, responsable de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos en 2001, demostró ser muy débil.
Sin embargo Bush continúa insistiendo que la guerra estuvo justificada y que Irak es esencial para reconstruir a Oriente Medio bajo la imagen democrática de Estados Unidos.
Y en cuanto a la presencia en Irak, Kerry ha dicho que le gustaría retirar las fuerzas para fines de su primer mandato de cuatro años, mientras que Bush ha enfatizado que las mantendrá hasta que cumplan su cometido.
Pero con su fuerza militar tensada al máximo, y con el ministro de Defensa, Donald Rumsfeld, ansioso por retirarse, podrían aumentar las presiones para una prematura salida de Irak, dijo una fuente del partido Republicano.