ROMA, (Reuters) - El peor enemigo de un buen par de zapatos italianos son los obstáculos que pululan en las aceras de muchas ciudades del país: excrementos de perros.
Y, al parecer, el alcalde de un pueblo italiano está harto de este problema, pues ha prohibido la circulación de perros en dos plazas y en la calle principal del poblado, que son las "pasarelas" para los paseos nocturnos de la población, un rito social para muchos italianos que acostumbran a salir a caminar en las noches vestidos con elegancia.
Giampaolo Gobbo, alcalde de Treviso, al norte de Venecia, ordenó también que los propietarios de perros no pueden abandonar sus hogares sin los equipos necesarios para recoger los excrementos de sus queridas mascotas.
"Se trata de un experimento de seis meses, veremos qué pasa", dijo un portavoz del alcalde.
Los ciudadanos que insisten en llevar a sus perros durante la caminata nocturna podrían recibir multas de hasta 516 euros (625 dólares) si no recogen los desechos de sus mascotas de los lugares públicos.
"No es una medida antiperruna", dijo el portavoz, quien agregó que el propio alcalde tenía un perro que falleció hace tres meses. "Es un mensaje para los dueños".
