10 de febrero de 2004.
París, (EFE).- Los diputados franceses aprobaron hoy por abrumadora mayoría el polémico proyecto de ley que prohíbe el uso de signos religiosos "ostensibles", como el velo islámico, en las escuelas públicas, con el apoyo de la oposición socialista.
El texto, que suscita fuertes reservas o la franca oposición de organizaciones musulmanas, obtuvo 494 votos a favor, 36 en contra y 31 abstenciones en la votación, en primera lectura, llevada a cabo en la Asamblea Nacional (Cámara de los diputados).
El proyecto pasará ahora al Senado, que comenzará a examinarlo, también en primera lectura, a partir del próximo 2 de marzo.
"La República y el laicismo salen reforzados de vuestro trabajo", dijo el primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, a los diputados nada más conocerse el resultado de la votación.
El partido gobernante, la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), que posee mayoría absoluta en el Parlamento francés, y el Partido Socialista (PS) votaron casi de forma unánime a favor del texto sobre uno de los grandes debates de los últimos tiempos en Francia.
La centroliberal UDF, que teóricamente forma parte de la mayoría conservadora, se dividió casi a partes iguales entre el apoyo y la abstención, mientras que entre las filas comunistas, un tercio se decantó a favor y el resto en contra, como el decano de la Asamblea, Georges Hage, de 82 años, que llegó a la cámara acompañado de una joven con velo "para seguir el debate".
"Es una ley de clarificación y apaciguación", defendió el presidente del grupo de la UMP, Jacques Barrot, antes de añadir que el texto impone "límites al proselitismo y permite la afirmación discreta de la pertenencia religiosa".
El texto, de solo tres artículos, propone prohibir "los signos y vestimentas que manifiesten ostensiblemente la pertenencia religiosa de los alumnos", establece que se aplicará en toda Francia y fija su entrada en vigor a partir de septiembre próximo.
La oposición socialista, inicialmente dividida respecto a la necesidad de legislar sobre el velo, al igual que la sociedad francesa e incluso el propio Gobierno, terminó por consensuar una férrea defensa de la ley tras lograr la inclusión de dos enmiendas.
El pasado jueves, al término de un intenso debate de más de 22 horas, la UMP y el PS alcanzaron un acuerdo para incluir una fase de diálogo entre la dirección escolar y el alumno antes de sancionarle, y para revisar la ley un año después de su entrada en vigor.
Esta última disposición, que abre la puerta a la eventual modificación de la ley, ha sido considerada una concesión de la UMP a los socialistas, que querían cambiar el término de signo "ostensible" por "visible", a lo que se negó la mayoría en el poder.
El ex ministro socialista Jean Glavany afirmó ante los diputados que la ley se ha hecho "necesaria" por las dificultades de la comunidad docente, que había "pedido ayuda", al tiempo que destacó que se trata de una iniciativa "emancipadora y protectora de todas las mujeres".
Por el contrario, el orador de la UDF, Nicolás Perruchot, uno de los cuatro diputados de su partido que votaron en contra, aseguró que la ley "no será aplicable y los contenciosos no disminuirán" al considerar que "no responde al verdadero desafío: la capacidad de Francia de integrar a las nuevas poblaciones".
La necesidad o no de legislar dividió a la sociedad durante meses de intensa controversia, con incidentes incluidos, como la expulsión de varias alumnas de la escuela pública por llevar el velo o las sanciones a funcionarias que se negaron a quitárselo en su trabajo.
Todo ello, en medio del rechazo cada vez mayor de musulmanes a ser tratados por médicos del sexo opuesto, la exigencia de reservar horas para las féminas en las piscinas o las peticiones de alumnas de quedar exentas de los cursos de gimnasia.
El proyecto de ley fue reclamado por el presidente, Jacques Chirac, que llegó a crear una comisión de expertos para evaluar la cuestión, en un intento de zanjar el debate sobre el velo islámico.
Sin embargo, los opositores a la ley creen que la polémica se reavivará cuando comience a aplicarse y aducen que serán muchas las niñas y jóvenes que renunciarán a la enseñanza pública.
Es una ley que "estigmatiza" y abre "una herida que necesitará mucho tiempo para cerrarse", dijo, tras la votación, el líder religioso musulmán y presidente de la Mezquita de Lyon, Kamel Kabtane.