El abatir rezagos, solucionar mil y un problemas y aún comprometer acciones y recursos que garanticen mayores niveles de progreso y desarrollo, es una estrategia obligada en las campañas político-electorales. Es como si se valiera de todo, especialmente el dibujar escenarios ideales, con tal de conquistar al electorado.
El proceso terminó y por lo tanto llegó la hora para que la sociedad civil, los organismos empresariales y todos los grupos organizados con capacidad de respuesta y movilización –en mayor o menor medida- se preparen para lograr, mediante la presión y los señalamientos puntuales, que los que fueron candidatos y hoy son gobernantes electos en Durango, cumplan en los hechos con todo lo ofrecido.
Por lo pronto, los comerciantes organizados en Gómez Palacio están listos para solicitar al gobernador electo, Ismael Hernández Deras, que ratifique el compromiso que hizo en campaña de que el Municipio recibiría el cien por ciento de los recursos que se obtengan por concepto de Impuesto Sobre Nómina.
Este dinero se podría utilizar para llevar a cabo obras de importancia, como un distribuidor vial e incluso un estacionamiento en un segundo piso sobre el mercado. Los comerciantes y los ciudadanos gomezpalatinos todos, ya cuentan con esos recursos y en la misma medida y dirección, Hernández Deras está obligado a responder.
Lo realmente importante es que aquellos que accedan al poder en las esferas Estatal y Municipal, entiendan que los ciudadanos de la Comarca Lagunera de Durango están dispuestos a vigilar y en su caso demandar, que aquellos compromisos y promesas, gracias a las cuales obtuvieron su triunfo en las urnas, habrán de cumplirse cabalmente.
Si la sociedad así lo plantea y lucha por ello, lo único que no podrán permitirse los alcaldes y el Gobernador será fallarle a los laguneros.
