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MÉXICO, DF.- Wilfried Strauch, promotor de una red de alerta contra maremotos en Centroamérica incluidos México y Colombia, advirtió que se está subestimando el peligro de esos fenómenos en la región, y dijo que las vidas de los más pobres serán las que menos se puedan salvar ante un desastre de gran magnitud.
El responsable de la dirección de Geofísica del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter), explicó que la red de alerta consiste en integrar los servicios sismológicos de los países centroamericanos, principalmente con México y Colombia, para que éstos vía satélite o Internet compartan a los demás la información que generan.
Afirmó que los más viables en integrar dicha red serían Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, así como México y Colombia.
Dijo que Centroamérica es la región donde han ocurrido los más recientes maremotos, y no hay forma de enterar a la población porque no hay tecnología instalada.
La más viable planteó serían alarmas en cada comunidad; pero resulta altamente costoso, de manera que las únicas vías para enterarse podrían ser la radio y la televisión en sus domicilios, y quienes carezcan de esos medios, perderían irremediablemente la vida.
Explicó que Nicaragua es el país centroamericano más avanzado en la aplicación de medidas para prevenirse de los maremotos. Eso, a raíz del último que padeció en 1992 y, a partir de entonces, poco a poco ha formado su red interna que incluye la instalación de una alerta sísmica, la expansión de la red para detectar terremotos de gran potencial y que pueden dar origen a un tsunami, así como la instalación de un sistema de alerta en el Pacífico, con el que se han identificado los sitios con amenazas más altas en ese país, y se ha iniciado un proceso de cooperación con el Gobierno japonés para que apoye con sus conocimientos sobre el fenómeno, así como apoyo técnico y equipos.
Con su modesta tecnología, Nicaragua tendría 15 minutos para desalojar sus costas, tras haber identificado la presencia de un gran terremoto de mar.
Dijo que México, en su caso, tendría entre diez y 20 minutos para enviar la señal de alerta y evacuar a las poblaciones asentadas en las costas más vulnerables del fenómeno. Todo depende de la distancia entre el epicentro del maremoto y las regiones que le queden más próximas.
Explicó además que la red sería de utilidad no sólo para maremotos, sino para terremotos, erupciones volcánicas, y como apoyo a las comunidades marginadas ante una situación de emergencia, porque estaría funcionando a través de sistemas satelitales e Internet.
El aspecto que hay que resolver, sostuvo, es sensibilizar a los gobiernos para que acepten formar cada quien una red nacional e interactuar con los otros países.
