EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- A veces la poesía no se hace sólo con palabras -dijo uno de ellos- y sus compañeros celebraron la ocurrencia.
-Es cuando las acciones como ésta se vuelven necesarias -completó otro.
Poco a poco, los jóvenes se iban congregando en la esquina de Matamoros y Colón: poetas, cuentistas, actores de teatro y pintores. Se habían citado a las seis cuarenta y cinco de la tarde frente a la casa que hoy resguarda las oficinas de la Dirección Municipal de Cultura (DMC). El objetivo: protestar por la falta de apoyo del titular de esa dependencia, Alberto González Domene. También se dijeron molestos por el poco respeto que éste ha mostrado ante sus trabajos.
Algunos son participantes del libro Las Lenguas Dementes, editado en enero de este año por la DMC. Expresan su enojo y afirman que tras la presentación de ese trabajo, desconocen el destino de los ejemplares, de los cuales la mayoría retuvo la propia dirección. Dicen que toda respuesta a quienes han preguntado por el poemario, les han asegurado que la edición está agotada.
Recargado sobre el semáforo estaba el objeto del ritual: una piñata con la figura del “Chavo del Ocho”, pero con la cara de quien tiene como encargo ser el guía cultural del Municipio. Sobre la barriga del muñeco de papel podía apreciarse el logotipo de la dependencia.
Las voces se iban sumando, mientras dos de los jóvenes creadores disponían la piñata para la protesta. A las siete y cuarto, ya eran alrededor de treinta. Las oficinas estaban cerradas, pero no solas. Tras los barrotes de las ventanas parecía advertirse algún movimiento.
Quizás contagiados de aquel ambiente de reclamo con resabios de pasatiempo infantil –la piñata ya colgaba a la vista de todos, como un condenado tras la ejecución-, algunos espontáneos se adherían a la manifestación.
-¿Dónde va la fila, loco?, yo quiero pegarle – inquirían festivos unos jornaleros que pasaban. Algunos se quedaron, otros no.
El primer golpe lo dio Carlos Velásquez, el poeta que además fue autor de ese acto público. El papel resintió la descarga y una pierna débil quedó vencida en la banqueta. Sus compañeros lo animaban.
-Dale, dale, dale, no pierdas el tino…
-El tino lo perdió González Domene, por eso estamos aquí –comentaba otro.
Uno a uno, los inconformes con el desempeño del director de cultura se fueron enfrentando al papel, que fue mutilado en minutos por la contundencia de los reclamos en forma de porrazos.
Cuando sólo colgaba una masa informe del mecate, le prendieron fuego.
La tarde comenzaba a deshacerse en sombras y desde el flujo incesante de automóviles de la calzada Colón, algunos ciudadanos observaban por segundos la expresión silenciosa del cúmulo de creadores laguneros.
Cuando los fragmentos de piñata se habían consumido, llegaron algunas patrullas con las torretas encendidas. Un oficial bajó de su unidad y con prepotencia se dirigió a los participantes de la manifestación que se aglutinaron a su alrededor. Otro de los agentes se quedó unos pasos más atrás.
-¿Quién es el responsable de esto?
-Somos todos.
-¿Y quiénes son ustedes?
-Somos ciudadanos, nos preocupa lo que está pasando con la actividad cultural.
-Pero están alterando el orden público.
-También se altera con la desaparición de los libros que debieran entregarse a los ciudadanos. Esta es nuestra forma de expresar el descontento.
-Para eso hay leyes.
Prosigue el debate y finalmente los uniformados reconocen el derecho de los jóvenes a manifestarse. Dicen ignorar la prepotencia de González Domene. En todo caso, pongan una queja por eso, responde uno distante, antes de abordar su vehículo que sigue con las torretas encendidas.
Las patrullas se van y poco después el grupo se dispersa, pero prometen mantenerse unidos por la intención de crear a pesar del director municipal de cultura. Otro joven poeta, Daniel Maldonado, adelanta: la próxima respuesta a sus acciones será con trabajo.
Figura autoritaria
Mientras se quemaba la piñata, que era una metáfora de la figura de Alberto González Domene, los creadores ahí reunidos coincidieron en el autoritarismo que el funcionario ha manejado desde principios de su administración.
César Cano afirmó que “González Domene hace lo que quiere con la cultura, es un total autoritarismo de su parte”. Y por eso quieren “hacer” cultura por su propia cuenta, para que el talento que existe en la Comarca Lagunera sea tomado en cuenta.
Por su parte, Daniel Maldonado dijo que “la persona que está ahí (Alberto González Domene) es ignorante, desconoce la cuestión de producción editorial y no apoya a los creadores”
Maldonado es uno de los autores que participan en Las Lenguas Dementes, compilación que asegura se publicó con muchas trabas: “Conforme a sus criterios de número de páginas, de formato editorial y nosotros estuvimos inconformes con el producto que presentaron”.
Según dijo, después de la presentación fue difícil encontrar los ejemplares porque los funcionarios de la Dirección Municipal de Cultura decían que los autores los tenían en su poder.
“Argumentaban que toda la edición se la había dado a los autores, que se nos había entregado a nosotros y a nosotros sólo se nos entregó una tercera parte”. Así que nadie sabe y nadie supo dónde quedaron “Las Lenguas Dementes”.
Figura autoritaria
Mientras se quemaba la piñata, que era una metáfora de la figura de Alberto González Domene, los creadores ahí reunidos coincidieron en el autoritarismo que el funcionario ha manejado desde principios de su administración.
César Cano afirmó que “González Domene hace lo que quiere con la cultura, es un total autoritarismo de su parte”. Y por eso quieren “hacer” cultura por su propia cuenta, para que el talento que existe en la Comarca Lagunera sea tomado en cuenta.
Por su parte, Daniel Maldonado dijo que “la persona que está ahí (Alberto González Domene) es ignorante, desconoce la cuestión de producción editorial y no apoya a los creadores”
Maldonado es uno de los autores que participan en Las Lenguas Dementes, compilación que asegura se publicó con muchas trabas: “Conforme a sus criterios de número de páginas, de formato editorial y nosotros estuvimos inconformes con el producto que presentaron”.
Según dijo, después de la presentación fue difícil encontrar los ejemplares porque los funcionarios de la Dirección Municipal de Cultura decían que los autores los tenían en su poder.
“Argumentaban que toda la edición se la había dado a los autores, que se nos había entregado a nosotros y a nosotros sólo se nos entregó una tercera parte”. Así que nadie sabe y nadie supo dónde quedaron “Las Lenguas Dementes”.
