La actividad laboral quedó parcialmente paralizada por el paro en la mayoría de los sectores y se extendió entre los empleados bancarios y del sector público.
Roma, (EFE).- Italia vivió hoy una huelga general, la quinta en la actual legislatura de Silvio Berlusconi, en protesta por la política económica del Gobierno, que según los sindicatos sólo favorece a las clases más ricas y mantiene estancado el desarrollo del país.
La actividad laboral en todas las regiones italianas quedó parcialmente paralizada por el paro, que fue de cuatro horas en la mayoría de los sectores y se extendió a toda la jornada entre los empleados bancarios y del sector público.
Los funcionarios, además de protestar por la falta de un convenio colectivo, se sumaron a la huelga con una protesta añadida: la prevista eliminación de 75.000 empleos entre 2005 y 2007, anunciada por el Gobierno la semana pasada para sufragar el recién aprobado recorte de impuestos.
En los transportes la huelga tuvo un seguimiento de cerca del 80 por ciento, según los sindicatos, con los autobuses urbanos que secundaron diferentes modalidades y horarios de paro según las distintas ciudades.
Los enlaces ferroviarios se suspendieron durante cuatro horas a partir del mediodía, al igual que los aéreos, con la cancelación 136 vuelos nacionales e internacionales de la compañía Alitalia y una quincena de Air France, Lufthansa, Iberia y British Airways.
Las centrales sindicatos llevaron su protesta a las calles con más de setenta manifestaciones en todo el país, en las que participaron decenas de miles de personas.
Unos 55.000 manifestantes, según los convocantes, se congregaron en Turín, cerca de 40.000 en Venecia y unos 100 mil en Milán, ciudades en las que las marchas estuvieron encabezadas por los líderes de los tres principales sindicatos, CGIL, CSIL y UIL, que en conjunto tienen más de nueve millones de afiliados.
El secretario general del mayoritario CGIL, Guglielmo Epifani, aseguró que el Gobierno "está totalmente sólo" en su política presupuestaria, sin el apoyo de la patronal Confindustria, que ha denunciado la falta de inversiones en los Presupuestos para 2005.
Epifani recordó que el crecimiento de la economía italiana es sólo de un 1 por ciento al año y dijo que "estamos parados mientras los países a nuestro alrededor corren y la política presupuestaria del Gobierno no hace sino recortar las inversiones públicas y desanimar las privadas".
En términos similares se expresó en Turín el líder del centrista UIL, Luigi Angeletti, que señaló que el objetivo de esta huelga es convencer a Berlusconi de que "cambie sus planes y apueste finalmente por una política para aumentar el desarrollo, el crecimiento y el empleo".
En Roma, cerca de 40.000 manifestantes, según los sindicatos, desfilaron bajo la lluvia con el líder de la oposición de centroizquierda, el ex presidente de la Comisión Europea Romano Prodi, que definió la protesta de hoy como "el comienzo de una acción unitaria para el relanzamiento del país".
"No es sólo un acto de protesta contra una determinada política, sino un trabajo para hacer resucitar Italia, la manifestación de una voluntad común", remarcó.
La gobernante Forza Italia respondió a través de su coordinador general, Sandro Bondi, que la de hoy es "es la primera huelga de la que hay memoria contra la reducción de impuestos" y alabó el espíritu reformista de Berlusconi, que hoy viajó a España para participar en una cumbre bilateral
El ministro para las Reformas, Roberto Calderoli, calificó la movilización de "patética" y dijo que "está fuera de lugar, a pocos días de la reducción de impuestos y justo cuando se hace público que la inflación ha caído a niveles que no se veían desde 1999".
La oposición y los sindicatos, sin embargo, insistieron en que el dato de la inflación difundido hoy, un 1,9 por ciento interanual, dista mucho de la realidad y que el recorte fiscal impulsado por Berlusconi es "ineficaz" para la clase media.