EFE
MIAMI, EU.- Las protestas contra los gobiernos por la situación económica y política de varios países y las reivindicaciones laborales caracterizaron ayer los actos del Día Internacional del Trabajo en América Latina.
A esta tendencia dominante en la jornada escapó Cuba, cuyo presidente, Fidel Castro, arremetió contra los que piden que democratice al país y Panamá, donde los trabajadores instaron a los panameños a votar en blanco en las presidenciales de hoy domingo.
Castro aprovechó la ocasión para decir al mundo que no admite “leccioncitas de democracia”, al aludir a la Unión Europea; justificó la represión contra los disidentes en la isla y recurrió a sus críticas a EU por sus “provocaciones” y a condenar la invasión de Irak.
En Panamá, tres mil trabajadores se manifestaron en la capital para expresar un insólito llamamiento a los electores a votar en blanco en los comicios de hoy como rechazo de las propuestas “de corte neoliberal” de los cuatro candidatos que se disputan la Presidencia.
Los trabajadores quemaron banderas de partidos políticos y un muñeco que simbolizaba a la muerte representando las negociaciones entre EU y Panamá para la firma de un Tratado de Libre Comercio, cuyas gestiones terminaron el viernes.
En Perú, las huelgas de varios sectores, las protestas, las demandas de mejores condiciones económicas y laborales y una marcha de cocaleros forman parte de una crispación social que inquieta a los peruanos.
También se han registrado protestas de comunidades enteras contra alcaldes, por supuestos malos manejos económicos, en distritos del departamento de Puno, en el sureste del país y en otros lugares, que desembocaron esta semana en el asesinato de Cirilo Robles, alcalde de la localidad puneña de Ilave.
En Caracas, la polarización política que vive Venezuela llevó a las calles a miles de simpatizantes y opositores del presidente Hugo Chávez, en marchas que terminaron con incidentes menores, al estar fuertemente vigiladas por más de tres mil policías y militares. Las dos mayores centrales sindicales de Brasil reunieron a unos dos millones de personas en Sao Paulo, la mayor ciudad del país, en los que exigieron al presidente Luiz Inácio Lula da Silva medidas para combatir el desempleo.
El socialista y antiguo sindicalista Lula afirmó, en una ceremonia religiosa para celebrar la efemérides, que hoy por hoy es imposible eliminar el desempleo por completo y reiteró que esa lucha es el principal desafío de su Gobierno.
En Colombia, entre fuertes medidas de seguridad, manifestaciones de trabajadores criticaron las políticas económica, laboral y comercial del Gobierno de Álvaro Uribe, ejecutivo que ayer informó que en cuatro meses de 2004 han sido asesinados doce sindicalistas, que se suman a los 355 que han muerto violentamente en los tres últimos años.
Las dos principales sindicatos de Argentina, la CGT y la CGT disidente, no celebraron ayer el Primero de Mayo, a diferencia de las organizaciones de desocupados, que se congregaron ayer y hoy en diversos actos en Buenos Aires. La Central de Trabajadores Argentinos (CTA) es la única que conmemora el Día Internacional de Trabajador, mediante una cita en la frontera con Uruguay y Brasil con organizaciones de trabajadores de estos dos países.
Las manifestaciones celebradas en Bolivia contrastaron con el aislamiento de la Central Obrera Boliviana, principal sindicato, que aplazó al lunes la convocatoria a una huelga general y a un bloqueo de carreteras lanzada inicialmente para ayer, que no ha sido secundada por varias organizaciones sindicales.
Unos 600 miembros de sindicatos del campesinado y trabajadores de Paraguay se manifestaron en Asunción contra la política económica del Gobierno de Nicanor Duarte, al que acusan de aplicar políticas neoliberales que pretenden “liquidar el Estado”.
En un acto que congregó en Santiago a más de 15 mil personas, convocado por la Central Unitaria de Trabajadores, los trabajadores chilenos pidieron al Gobierno reajuste de salarios y la retirada de una Ley de flexibilización laboral.
En Ecuador, al menos 15 mil personas aprovecharon el Primero de Mayo para protestar en Quito y Guayaquil contra el Gobierno de Lucio Gutiérrez, al que le exigen que renuncie si no rectifica su política económica.
Algo parecido ocurrió en República Dominicana, a 15 días de las elecciones presidenciales a las que aspira el actual gobernante Hipólito Mejía, donde decenas de organizaciones protestaron en varias ciudades por la situación de crisis económica que atraviesa.
En Honduras, miles de trabajadores rechazaron la política económica y social del presidente Ricardo Maduro; en Nicaragua, los obreros celebraron divididos las manifestaciones y en El Salvador, el principal partido de oposición, el izquierdista FMLN, anunció la próxima “articulación de un movimiento social” para “defender las voraces intenciones” del Gobierno de privatizar la salud, el agua y la educación.