Descontrolado por el alcohol e irritado por el llanto de su menor hija de tan solo dos años, Lidoro Flores Galindo, atacó a la pequeña a puñetazos y patadas, provocándole fractura de cráneo y una probable hemorragia cerebral, dándose de inmediato a la fuga.
El presunto agresor, su esposa, Josefina de la Cruz Flores, de 18 años y su hija, Elodia Flores de la Cruz, son miembros de la comunidad indígena de San Francisco, en el municipio de El Mezquital y con el fin de buscar un empleo mejor remunerado, desde hace un mes se trasladaron a la pizca de la manzana a las huertas de Refugio Salcido, perteneciente a Canatlán.
Con domicilio provisional en los campamentos para trabajadores de la población, el joven padre de familia en los últimos días se dedicó solamente a tomar, derrochando así las ganancias de las arduas semanas de trabajo, mientras su mujer cargaba con toda la responsabilidad de trabajar y cuidar a Elodia.
DISCUSIÓN
Cansada por su indolencia, Josefina la noche del sábado 24 de septiembre le reclamó a su marido, lo cual dio pauta a una fuerte discusión que pasó a los gritos y reclamos. Por el ruido de las voces de ambos adultos, la menor empezó a llorar y sin miramiento alguno el furibundo padre descontrolado por el alcohol, golpeó sin misericordia a la menor hasta dejarla inconsciente.
Como no reaccionaba, su madre la levanto del piso y trató de reanimarla pero sin tener respuesta alguna. Pensando que la había matado, Liodoro salió corriendo a toda prisa sabedor del castigo que le deparaba en caso de ser capturado por las autoridades.
Por la premura que ameritaba la ocasión, la pequeña Elodia fue trasladada de urgencia hasta el Hospital General, donde al cabo de una rápida evaluación se determinó que tenía una edema cerebral consecutivo a un traumatismo de cráneo. La Policía Ministerial ya cuenta con la descripción y posible paradero del padre y en las próximas horas podría ser que lo capturen.