POR CUAUHTÉMOC TORRES ALVARADO
EL SIGLO DE TORREÓN
SAN PEDRO, COAH.- Leves fueron los daños causados en las principales calles de este municipio. Las molestias generadas por los encharcamientos y lodazales fueron considerables y algunos ciudadanos mostraron su malestar por las condiciones de las calles en reparación.
Una de las colonias que se vio más afectada por las lluvias que se presentaron ayer por la tarde y noche, fue Agua Nueva, que se encuentra a la entrada de San Pedro, por el lado norte. Los encharcamientos alcanzaron cerca de los diez centímetros.
Las rúas que más presentaron acumulación de agua en este sector habitacional fueron la calle Zeferino Méndez y avenida Lázaro Cárdenas, así como unos tramos de la Venustiano Carranza, que se encuentra junto a la avenida Hidalgo.
Para poder conocer los posibles daños en colectores u otras tuberías de la ciudad, se trató de tener contacto con el gerente general de Simas, José Rodríguez Samonsett, pero las secretarias dijeron que se encontraba en una reunión en Francisco I. Madero.
Ninguna de las personas que estaban en las oficinas del organismo paramunicipal, pudo dar información al respecto, afirmando que sólo el gerente podría emitir datos sobre el sistema Municipal de Aguas y Saneamiento.
Mediante un recorrido por El Siglo de Torreón, se pudo observar que el centro de la ciudad continúa siendo un caos, por las interminables reparaciones de las atargeas y colectores, que en esta ocasión generaron más molestia entre los locatarios y transeúntes.
“Ya llevan cerca de cuatro meses y nada. Con la lluvia de ayer, esto amaneció todo enlodado y hacía que algunos rodeáramos hasta cuatro cuadras para llegar a donde íbamos. El lodo hizo que llegara con los zapatos sucios y parte del pantalón porque los carros me salpicaban”, dijo una señora que caminaba por la calle Juana de la Fuente.
En el centro, esta calle que se encuentra entre la avenida Guerrero y la Lerdo de Tejada, es una de las más conflictivas de la zona, debido a que todavía hay montones de tierra en las banquetas y los trabajos que todavía se efectúan causan desánimo en los locatarios.
“No se ve para cuándo, la lluvia ahuyentó más a la gente. De por sí nadie pasa, ahora con el poquito lodo que hay, pues la gente lo evita y rodea. Los que pueden hacer algo para no perder tanto son los ambulantes que andan en bicis, pero nosotros que no podemos mover nuestro negocio, pues no”, afirma un vendedor de zapatos.
