EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- El 15 de agosto de 1973 el río Aguanaval traía mil metros cúbicos por segundo –un millón de litros- y hubo necesidad de volar el puente del ferrocarril, por el rumbo de Mieleras, para evitar que se inundara Matamoros, Coahuila, recuerda Alonso Humberto Pasos Ramírez, jefe del Distrito de Riego 017 por aquel entonces.
Con la piel “chinita” al traer a la memoria el suceso, Pasos Ramírez, ingeniero yucateco que llegó a La Laguna desde 1968 como jefe de la Oficina de Riego y Drenaje de la Secretaría de Recursos Hidráulicos, comenta que ya en la carretera Torreón-Matamoros estaba una fila de autobuses listos para evacuar Matamoros.
“Me tocó lidiar con ese toro, pero era un toro muy bravo. Era gerente del Banco Ejidal, Francisco Merino Rábago, que después llegó a ser secretario de Agricultura; era comandante del Batallón del Ejército, Juan Arévalo Gardoqui, luego secretario de la Defensa Nacional; el gobernador de Coahuila era Eulalio Gutiérrez Treviño y el presidente municipal, Rodolfo Guerrero González”.
Cuando el volumen ascendió a los mil metros cúbicos por segundo, cuenta en la tranquilidad de su hogar, de la colonia El Campestre, tuvo que tomar la decisión de volar el puente de la vía del ferrocarril. “Usted nos dice ingeniero y nosotros actuamos, me dijeron los funcionarios, pedí autorización a México y lo mismo; lo que usted determine. ¡Pues para afuera el puente!, porque había que desalojar el gran volumen. Se desahogó el agua, bajó la avenida y no se inundó Matamoros”.
En la parte de abajo hubo varios poblados inundados y la mayor parte del agua fue a dar a Viesca y ahí se pierde en un vaso muy viejo, asegura, donde hay puras sales y ningún beneficio deja el agua.
Ya se planeaban ...
Desde ese año, resalta, se comenzó a gestar la idea de cómo aprovechar el agua que se va cada vez que hay avenidas. “el río Aguanaval tiene la característica de que siempre se ha usado en aguas broncas, en entarquinamientos, no con sistema de distribución de agua controlada porque es muy errático, no todos los años trae agua y cuando trae, se pierde. Es un lujo, digo yo, dejar perder esa agua”.
Considera que la construcción de las presas debe ser un reclamo de todos los laguneros para evitar que se pierda el agua. Desde luego hay que pensar también en los perjuicios, que a su juicio son muy pocos.
“La idea fue concebida de esta forma; los derechos establecidos en el Aguanaval, seguirán igual y el agua que transite por el río, que siga transitando mientras pueda aprovecharse en la red de distribución, pero cuando es más cantidad, que de alguna forma se le detenga para seguirla escurriendo con la capacidad de distribución que se pueda tener en la zona de riego”.
No se trata, enfatiza, de almacenar agua, de tener una cortina que tenga una toma alta y evite que haya escurrimientos. Hay condiciones que deben establecer las autoridades para que la obra funcione lo mejor posible, sin perjudicar a nadie y beneficiando a todo mundo.
De la cuenca del Nazas, dice, está aprovechada toda el agua. Gracias a las obras existentes, se dispone de agua de riego regular, con escasez por años porque la Naturaleza niega el agua por un tiempo.
El Aguanaval, explica, es un río grande que empieza en Zacatecas y termina en Viesca, Coahuila. Tiene varias presas en su cauce que aprovechan el agua para el riego de cultivos. La situación que se presenta con cierta regularidad, es que tiene avenidas de una dimensión mayor a la posibilidad de aprovecharlas.
“El río Aguanaval tiene manantiales en el Cañón de Jimulco y esos manantiales se incrementarían porque el vaso de la presa, al detener las avenidas grandes, va a recargar más el acuífero ahí. Si le ponen una toma alta, los escurrimientos normales dejarían de funcionar, pero si le ponen una toma baja, esos escurrimientos seguirían tal y como están ahorita”.
Si ahora hay interés del Gobierno en hacer una obra de esa magnitud, se debe aprovechar pero también analizar y condicionar qué es lo que quiere hacer, dice el ingeniero, Pasos Ramírez.
De acuerdo a lo declarado por el ex jefe del Distrito de Riego 017, Alonso Humberto Pasos Ramírez, las acciones a seguir para que la presa Cañón de la Cabeza sea benéfica:
· Aclarar todas las dudas existentes.
· Las tomas de las presas deben ser bajas para aprovechar todos los escurrimientos.
· Darle capacidad de distribución al cuadro bajo de Matamoros.
· Reparar las derivadoras del río para aprovechar toda el agua.
· Evitar la pérdida de agua.
FUENTE: Alonso H. Pasos Ramírez
ADVERTENCIA
“Si le colocan toma alta a la presa del Cañón de la Cabeza, los escurrimientos normales dejarán de funcionar”.
Alonso H. Pasos Ramírez, Ex Jefe del Distrito de Riego 017 Nazas-Aguanaval