10 de febrero de 2004.
Washington, (EFE).- Ante unas encuestas que muestran que su popularidad pierde fuerza y las duras críticas demócratas, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se ha visto obligado hoy a hacer públicos los documentos sobre su servicio militar.
La mayoría de las encuestas apuntan a que la popularidad de Bush ha sufrido serios golpes debido a problemas como el fracaso de no encontrar armas de destrucción masiva en Irak, el creciente déficit presupuestario o el fuerte seguimiento de las elecciones primarias demócratas.
Hoy, la Casa Blanca se ha visto obligada a salir al paso de las sospechas sobre el servicio militar del presidente y hacer públicos una serie de documentos para probar que Bush cumplió sus obligaciones durante su último año en la Guardia Nacional Aérea, algo que había sido puesto en duda.
"Estos documentos prueban claramente que el presidente cumplió sus obligaciones", afirmó hoy el portavoz de Bush, Scott McClellan, al presentar las nóminas y los puntos que recibió durante su servicio.
Un día antes, la Casa Blanca había asegurado que no era posible encontrar esos datos, treinta años después de su emisión.
Acosado por los periodistas, McClellan no pudo describir las tareas asignadas al presidente durante su servicio militar en la década de 1960: "No tengo un calendario de lo que hizo hora por hora".
El portavoz recordó que en la Guardia Nacional se cobraba por cada día de servicio, por lo que, según él, las nóminas demuestran que el presidente se presentó a cumplir sus tareas.
Pero reconoció que la Casa Blanca no ha podido encontrar a compañeros de Bush en la Guardia Nacional que estén dispuestos a atestiguarlo.
"El expediente documenta con toda claridad que el presidente cumplió con sus obligaciones militares", dijo el portavoz de la Casa Blanca Scott McClellan, buscando poner fin a la polémica, que preocupa al equipo de campaña de Bush para la reelección.
Bush fue dado de alta con honores en 1973 de la Guardia Nacional, ocho meses antes del tiempo en que debía concluir su servicio militar, para asistir a la Escuela de Negocios de Harvard.
El columnista Richard Cohen, quien sirvió también en la Guardia Nacional, ha publicado en el periódico "The Washington Post" cómo recibía su salario íntegro pese a que durante dos años dejó de asistir a los entrenamientos obligatorios.
La polémica sobre su servicio militar ha resurgido en unos momentos de debilidad para el presidente, que no sólo afronta graves críticas en torno a las armas de destrucción masiva o el déficit presupuestario.
Iniciativas presentadas en el último mes y calculadas para contrarrestar el interés generado por las primarias demócratas han recibido una tibia acogida -como el programa espacial para enviar una misión tripulada a Marte- o han pasado desapercibidas, como su discurso sobre el Estado de la Unión.
Dados los reveses, Bush trata de reorganizar su estrategia para la reelección en noviembre. Esta semana aparece cargada de actos en distintos lugares del país, en un intento de aproximarse al estadounidense medio.
El presidente trata de destacar el mensaje de que la economía finalmente despega y lo hace gracias a los recortes impositivos aprobados por su gobierno.
Este fue el mensaje lanzado hoy en su reunión con varios líderes económicos en la Casa Blanca, como lo fue en un discurso en una fábrica de Misuri el lunes.
También expondrá sus planes de contenido social para mejorar la educación y la sanidad en sendos actos en Pensilvania, el jueves, y de vuelta en Washington, el viernes, participará en un acto del Partido Republicano para recaudar fondos para su campaña.
El presidente incluso renunciará a su habitual descanso de fin de semana para viajar a Daytona (Florida) y asistir a la carrera NASCAR de las 500 millas, uno de los acontecimientos deportivos del año más seguidos por televisión por aficionados de todo el país.
Pero esto no parece ser suficiente para que algunos destacados simpatizantes republicanos hayan empezado a expresar sus dudas sobre el presidente.
El célebre presentador de televisión Bill O'Reilly, un destacado conservador, citó hoy la falta de resultados en la búsqueda de armas prohibidas en Irak para declararse en la cadena ABC News "mucho más escéptico ahora sobre el gobierno Bush".