Me piden mi opinión sobre el porqué los mexicanos resaltamos lo negativo y no le damos crédito a lo positivo de las personas que nos rodean..., y la respuesta es bien simple: Por acomplejados.
Cuando una persona se siente menos que los demás trata de compensar aquello señalando las fallas ajenas porque eso le da un pretexto para soslayar su baja autoestima y piensa: -?yo soy así..., pero... aquél es peor?- como quien dice: mal de muchos consuelo de tontos?. En lugar de tratar de analizar el porqué de su personalidad y compensarla con logros propios, se apoya en los defectos ajenos. Lo malo de esta situación es que todo eso lo hacemos en forma inconsciente y no nos damos cuenta de nada: -vemos la paja en el ojo ajeno y no vemos la viga en el propio.
Por ejemplo, cuando se habla de las románticas canciones de Juan Gabriel, siempre se acota: ?pero es homosexual?... Como dijo Lucero: ¿Y?... Una cosa es su sensibilidad como artista y otra su conducta personal, o como él dice: ?sus preferencias sexuales?... o sea que ?lo cortés no quita lo valiente?. Él es un buen compositor y lo demás es ?su boleto?, como dicen los chavos. Además de que lo que más se critica es lo que tememos nos pueda suceder a nosotros, así es que... ¡aguas...!
En las relaciones de pareja, es muy común que el hombre critique todo lo que hace su contraparte, y pareciera que esto fuera un sentimiento de superioridad, pero la realidad es que actúa así porque se siente menos que ella y tiene que minimizarla constantemente para él compensar sus propios defectos, sobre todo en lo que toca a los celos. Cuando el marido es celoso, generalmente es él quien tiene un ?esqueleto en el clóset? y el ?león cree que todos son de su misma condición?, por lo tanto a la pobre esposa la molesta achacándole conquistas ilusorias y así ?justificar? lo que él sí hace. Esto también suele ser inconsciente.
El mexicano, antropológicamente, está lleno de conductas atávicas, como el complejo de inferioridad. Siempre hemos sido dominados, primero por los españoles, -luego por la ?dictadura perfecta?-, y ahora por las grandes potencias, lo mismo en los avances tecnológicos ?en todas las acepciones- que en los deportes, la moda, el arte, etc. Y si se habla sobre los logros del Primer Mundo, inmediatamente acotamos: ?sí, pero son culturas muy enfermas?, ?los niños se suicidan?... etc., nuevamente señalando los defectos. Sin embargo, todo lo imitamos y si lo podemos comprar... ¡lo compramos!...
