Pedro puede ver las letras y llamarlas por su nombre y cómo se pronuncian, pero le toma un tiempo poder decir qué palabra forman esas letras, a pesar de ser alumno de secundaria.
Las ve como un muro. Algunas son más fáciles para leer que otras, inclusive en ocasiones se pueden leer palabras largas más fácilmente que las cortas.
Pedro tiene dislexia, que es un desorden de inmadurez cerebral que no tiene nada que ver con la inteligencia, inclusive se puede ser un superdotado y tenerla, y por ese problema ha repetido años escolares.
Según los expertos esa limitación afecta al diez por ciento de la población y algunos piensan que podría llegar hasta el 20 por ciento. A pesar de ser un problema que data de hace un siglo, aún hoy en día no es diagnosticada oportunamente. Para aquellos niños que no tienen la suerte de ser detectados la vida escolar se convierte en un martirio porque todos los conocimientos son aprendidos a través de la lectura y reforzados por medio de la escritura.
Es un problema que ha sido minimizado por padres, maestros, médicos y disléxicos. Es tan difícil para los lectores comunes, que ven las letras sin ningún problema, imaginarse cómo sería no comprender lo que se lee, que por lo común piensan que los disléxicos actúan así por pereza, terquedad o rebeldía. Pero también puede tratarse de la incapacidad de los adultos para percibir la problemática en los niños.
Gente famosa como Edison, Tom Cruise, Walt Disney o Ágatha Christie tuvieron ese padecimiento y, sin embargo, lograron tener éxito en sus respectivos campos. Por eso es importante que padres y maestros investiguen a fondo cuando sus hijos fallan en la escuela, porque si tienen dislexia la pueden superar fácilmente con la terapia adecuada.
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