El año pasado en China surgió la epidemia de SARS (el temible virus responsable en Asia de la crisis de salud más grave de reciente memoria,) y las autoridades sanitarias alegaban que los 14 millones de residentes de Beijing (Pekín) no corrían riesgos, declarando en el mes de abril por televisión nacional al mundo, que sólo se tenían pocos casos de influenza e invitaba a las personas a visitarlos, por placer o negocios.
A pesar de ser un régimen totalitario y de las restricciones que tienen sus habitantes para hacer declaraciones, Jiang Yanyong, reconocido cirujano en China, al percatarse que existía un riesgo importante en el contagio del SARS y que éste podía propagarse por el mundo, ya que se había extendido en forma alarmante en los hospitales de Pekín, al escuchar las declaraciones oficiales resolvió escribir una carta a los medios de comunicación exponiendo el verdadero peligro ?no sólo para salvar a China, sino al mundo?.
Ojalá existieran más Jiang Yanyongs por el mundo ya que acciones como ésta es lo que nos hace creer todavía en la bondad de los seres humanos y tener fe en la humanidad en general.
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