¿Vieron la carita de la niña que entrevistaron en la marcha en la Ciudad de México? Una niña de nueve años, que detrás de sus anteojos derramaba un mar de lágrimas en respuesta a las preguntas del reportero, dice más que mil palabras. Ahí está la imagen del miedo porque en esa ciudad todos y cada uno de sus habitantes han sufrido algún tipo de asalto y a los niños se les transmite la angustia que siente la familia de vivir en un ambiente de inseguridad total.
Pero en San Juan también hace aire. Increíble, pero cierto... Aquí en Torreón, mientras se celebraba la marcha, en la colonia Nogales robaban una casa habitación. La dueña, quien vive sola con sus hijos pequeños, tiene hábitos más o menos fijos y los domingos se va a visitar a sus padres, por lo que se cree que los ladrones sabían los movimientos de la casa. Forzaron las puertas de entrada, pasaron, revolvieron todo ?sin importar el ruido que hacían-, robaron y salieron. Como la mayoría de los vecinos andaban en la marcha, nadie se percató de ello. Al parecer dejaron afuera de la casa unas tinas como las que usan los lava-coches.
En las colonias residenciales no se deben permitir los vendedores ambulantes, o los lava-coches, porque mientras hacen su trabajo están echando el ojo a los hábitos de los vecinos y se percatan cuándo salen, cuándo entran y qué días están o no están. Es mejor comprar escobas y trapeadores en el súper y llevar el coche a un lavado, que estar expuestos a ser víctimas de robos.