Muy buena película!... Nadie que tenga la oportunidad de verla podrá posteriormente leer o escuchar los Evangelios sin recordar las escenas del Jesucristo de Mel Gibson. Verlo y escucharlo hablar en Arameo (aunque uno no lo entienda), lo mismo que a los romanos hablando en latín, le da una dimensión extraordinaria de realismo, tal como si estuviera uno en el momento de su pasión y muerte.
Se comenta de la rudeza de sus escenas, pero así ha de haber sucedido. Los romanos eran conquistadores y, por lo tanto, crueles con sus dominados. Los judíos de la época eran fundamentalistas con su religión y actuaron de acuerdo a sus creencias, además de que se tenían que cumplir las profecías del Antiguo Testamento.
Todos y cada uno de los personajes tuvo un papel decisivo en el Plan de Dios: la Virgen María, María Magdalena, Pedro, Judas Iscariote, Caifás, Herodes, Pilato, etc., hasta el Cirineo y la Verónica. De ahí que es lamentable que los judíos actuales ataquen la proyección de la película por considerarla que podría afectar su tranquilidad y su futuro.
La película es impecable. Nadie tiene un papel destacado, ni Jesús, como se acostumbra generalmente. Cada uno cumple con su papel y lo hace inmejorable. Naturalmente que Caveziel, quien hace el papel de Jesucristo, sobresale, pero de una manera normal, no espectacular. De ahí que sea una obra de arte.
Otro de los aciertos es que los diálogos de los actores son exactos. Jesús habla sólo lo que aparece en los Evangelios, lo mismo que el resto de los personajes bíblicos, y la terminación de la película es una resurrección normal, ya anunciada por Él, sin aspavientos, como un corolario evidente de su pasión.
Película muy recomendable, de *****. No deje de verla.
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