La semana pasada vi una película en la televisión de cable, Cerca de la Libertad (en inglés: Rabbit-proof Fence), dirigida por Phillip Noyce, que me pareció muy bella por varias razones, principalmente por el tema que trata: el amor filial y la necesidad de pertenencia. Sucede en los años 30 del siglo pasado en Australia, y es una historia que habla sobre los intentos del gobierno de evitar que se formara una nueva raza constituida por los blancos y los nativos, a la que llamaban ?media casta?.
Para eso, tenían una persona con el cargo de Jefe defensor de los aborígenes, quien llevaba a cabo el programa gubernamental de tener localizados a los niños nacidos de esas uniones, ubicarlos con sus familias en rancherías dedicadas al cuidado del ganado y cuando llegaban a la edad de cinco años los concentraban en unos campamentos, (el libro en que se basa la película relata que en pésimas condiciones de higiene y trato) y ahí los adiestraban como trabajadores domésticos y posteriormente los integraban a la sociedad de los blancos, argumentando que ?tenían que ser protegidos de sí mismos?. Estos niños continuaron siendo separados hasta 1971, sufriendo la destrucción de su identidad, vida familiar y su cultura, y hoy en día se les conoce como ?las generaciones robadas?.
En el país se construyó una cerca de alambre para evitar a los conejos que se habían convertido en una plaga, la cual corre de norte a sur y divide el país en dos partes. A lo largo de esa cerca existen rancherías y de una de ellas, Jingalong situada en la Australia Occidental, se llevan a varias niñas a un campamento llamado Moon River. La película trata de la huída de Molly (14 años), su hermana Daisy (cinco años) y su prima Grace (cinco años), de dicho campamento, quienes recorren 1,500 millas para regresarse con su familia. En la huída tratan de encontrar la valla pensando que ella las llevará a su casa, y recorren 1,500 millas hasta lograrlo, a pesar de la persecución encarnizada de las autoridades de Nullagine, quienes inclusive utilizan los servicios de una persona que a través de las huellas localiza animales extraviados.
El argumento está basado en el libro que escribió la hija de Molly, Doris Pilkington Garimara, y fue filmada después de que los cineastas realizaron una exhaustiva investigación de cinco años sobre el tema y las protagonistas. Es una película que no exhiben por el cine comercial y no sé si la tendrán en los centros de videos, pero vale la pena estar pendiente por si la pasan de nuevo en el sistema de televisión por cable, porque aparte del argumento histórico, la dirección, la actuación de todos los participantes, la fotografía, las locaciones, etc., el compositor de la música es Peter Gabriel, quien ganó un Globo de Oro por la banda sonora.
