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Psicomentarios / Nadie es profeta en su tierra

Coty Guerra

Referente a mi artículo sobre Hugo Sánchez, mi buen amigo Toño me pidió mi opinión acerca de cuál podría ser el motivo por el que las personas tienen mejores logros en el extranjero que en su país, y lo hago porque lo que aquí expreso se puede aplicar a la vida en general. Primero que nada, considero que lo que dijo Jesucristo hace dos mil años: ?-Nadie es profeta en su tierra?- es un axioma, pero ¿cuál es el motivo que eso suceda con frecuencia en México?

En lo que respecta al futbol soccer, en realidad no soy adicta ?prefiero el baseball-, pero es tan popular que en todos los medios de comunicación y en las reuniones familiares y sociales no se habla de otra cosa en la época de los campeonatos y uno se ve envuelta en la ?fiebre futbolera?, y cuando juega el Santos quiero que éste gane por regionalismo, y si no juega este equipo le voy al Pumas por ser mi Alma Mater; pero creo que, como en todos los deportes, se tiene mejor desempeño cuando el equipo trabaja en conjunto, se tiene buena técnica y mayor responsabilidad; y en el caso de Hugo, que es centro delantero, me imagino que anotó mayor número de goles si los laterales y medios lo apoyaron. Es mi muy humilde opinión.

Sin embargo, sí puedo disertar sobre el aspecto conductual por ser de mi competencia. El país es una macroorganización y sucede lo que en las familias, -que serían una microorganización-, en la cual sus miembros merecen ser valorados y estimulados de una manera coherente y por igual en lo que desarrollan y lo que se espera de ellos, de lo contrario existe una frustración y la persona pierde sus potencialidades. Cuando a un hijo se le señalan en forma constante sus errores y no se le reconocen sus aciertos, éste pierde autoestima y falla, sobre todo cuando están todas las baterías de la crítica apuntándole, que sería el caso de Hugo en México, -la prueba está en que en esta ocasión que tuvieron fe en él cumplió las expectativas-.

Por otro lado, si a un hijo se le sobreestima ?todos los extremos son malos-, éste piensa que es lo máximo y que lo que hace está perfecto y si no gana ?arrebata?, como es el caso de Cuauhtémoc Blanco, quien es un excelente jugador, pero como también es un ser humano naturalmente que no es perfecto como se lo han hecho creer, y con mucha facilidad cae en la violencia para cumplir el rol que la afición y los directivos le han creado, lo cual es una pena porque está joven y todavía puede hacer mucho en ese deporte.

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