Acudimos a la recién inaugurada Pinacoteca del Museo del Cerro en nuestra ciudad para admirar la obra del maestro Alfonso Ahumada, quien pinta en acuarelas las fotografías de los edificios y construcciones que existían en La Laguna a finales del Siglo XIX y principios del XX.
Mientras esperábamos que abrieran la exposición, hacía una noche hermosa, sin frío ni calor. Nos encontrábamos en un lugar alto y repentinamente, pasó el tren por las vías que corren abajo del cerro. Hacía años que yo no veía pasar un tren en Torreón y el silbato del mismo me llenó de nostalgia por la época en que éramos niñas mis hermanas y yo, y nuestra amiga Victorina Díaz Vélez, ahora de Lozoya, vivía en una huerta por la entonces avenida Iturbide, ahora Presidente Carranza. Cuando acudíamos a jugar a su casa continuamente escuchábamos su silbato lastimero, pero hermoso y nos subíamos a los árboles a verlos pasar.
Esa coincidencia de ver pasar el tren, en lo particular, me preparó para la exposición que estaba por inaugurarse porque precisamente es en esa zona de la ciudad donde se encontraba la mayoría de lo que representan las acuarelas: el centro de Torreón. Ahí están en acuarelas el antiguo Cine Princesa, el primer Casino de La Laguna, la famosa Farmacia Coahuila, el Hotel Francia (edificio que aún está en pie, pero que ahí lo podemos ver en su esplendor), la primera capilla del Sanatorio Español, etc., etc... Platicamos con su hijo Alejandro, quien a pesar de no ser lagunero, nació en el Distrito Federal, está perfectamente documentado sobre los orígenes de nuestra ciudad.
El trabajo del maestro Ahumada es, además de artístico, una obra muy interesante, porque se trata de algo que ya no se puede rescatar: el Torreón de nuestros padres; por lo que me permito hacer un exhorto a los laguneros para que acudan a esta exposición y se recreen con las acuarelas y la nostalgia que éstas provocan. La exposición permanecerá hasta mediados de este mes, no se la pierda.
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