Esteé Lauder
Josephine Esther Mentzer, nombre real de la creadora del emporio de belleza Esteé Lauder, hija de inmigrantes judíos y nacida en el barrio de Queens de Nueva York , murió el pasado mes en Manhattan a la edad de 97 años, dejando a sus descendientes un legado de diez billones de dólares.
Lo interesante de su historia, además de su origen humilde y que su fortuna se amasó con sus propios esfuerzos y su capacidad para los negocios y la mercadotecnia ?ella creó el concepto de ofrecer un regalo en la compra de sus productos, lo que incrementó en forma significativa sus ventas-, es que sus inicios se basaron en la venta casa por casa y estética por estética, en forma incansable, de una crema para la cara que fabricaba en la cocina de la casa un tío suyo que era químico.
Esto me parece muy bello porque, independientemente de la necesidad económica que dio origen a sus ventas, pienso que con su inteligencia, su capacidad y su dedicación al trabajo hubiera destacado en cualquier actividad que emprendiera y el haberle tenido fe a un producto casero -lo que no sucede con frecuencia porque uno tiende a minimizar lo que se tiene a la mano y se va a lo ?sofisticado?- nos dice mucho del apego a su familia, lo que a la larga le produjo grandes frutos.
Descanse en paz
