Uno de los problemas que tienden a aumentar es la agresividad destructiva dentro del núcleo familiar, debido a esto la familia se debilita y disuelve con más frecuencia, las consecuencias humanas y sociales son importantes y difíciles de controlar, provoca daño en el desarrollo infantil, de adultos viven en soledad, ira, ansiedad y depresión con problemas de adaptación reales aunque puedan aparentar lo contrario.
Las causas de la destructividad son múltiples y están relacionadas con nuestros impulsos primitivos exacerbados por el miedo ira y desconsideración por los demás, también forma parte de las costumbres tradicionales irracionales así como de las nuevas situaciones absurdas que se forman por la actual forma de vivir.
La familia se origina por la necesidad de proteger y ser protegido entre los miembros de una especie que necesitan periodos prolongados para su desarrollo, los humanos somos los únicos que dependemos intensamente del ambiente que actúa como fuerza modeladora sobre el potencial mental que heredamos, el ambiente familiar es el primer contacto con la realidad durante los años en que nuestro cerebro es más moldeable por lo que dependemos del estado emocional de nuestros padres, maestros y familiares con las que compartimos nuestros primeros años de vida.
Los impulsos de proteger y ser protegido tienden a disminuir cuando el sentido de individualidad aumenta, en Europa por ejemplo los matrimonios son frágiles y no tienen gran motivación a procrear hijos, la población tiende entonces a una mayoría de personas adultas y ancianas, en estos países el nivel económico, educacional e intelectual son mayores disminuyendo de esta forma la necesidad de interdependencia personal, la agresividad destructiva entre estas personas es menor pues ésta aparece mas comúnmente entre personas con necesidad de interdependencia alta y un nivel educacional bajo.
En los grupos económica y culturalmente atrasados se produce mayor interdependencia entre los miembros de la familia, el maltrato tradicional forma parte de las costumbres siendo los niños y mujeres las principales víctimas en los comienzos de la familia, con el tiempo el hombre sufre el rechazo y agresividad del resto de la familia, la depresión frustración, ansiedad e ira que produce la pobreza aumenta la conducta destructiva.
En la clase económicamente media o alta pero con un nivel de conocimientos y educación bajos la destructividad intrafamiliar es frecuentemente y sutil, (es importante hacer la distinción entre el conocimiento y entrenamiento profesional del verdadero alto nivel cultural que implica un conocimiento más global y profundo además de la sensibilización artística que ayuda a mejorar la personalidad), en este medio los esposos cuando están neuróticos se agreden psicológicamente, los niños tienen igual maltrato y responden con rebeldía y desamor hacia los padres, como adolescentes muestran destructividad y tendencia a conductas delictivas, la personalidad se estructura frágil y el pensamiento es superfluo, las emociones de soledad, ira, frustración, ansiedad y depresión son exacerbadas por un entorno que ofrece grandes posibilidades y reducidas probabilidades de un estatus social y económico alto, el desarrollo intelectual y la fuerza psicológica pueden estar fuera de sus planes y logros.
La agresividad destructiva es una muestra del fracaso personal, familiar y social para lograr el sano y creativo desarrollo de las mejores capacidades humanas, la agresividad psicológica puede ser considerada normal por la frecuencia con que se presenta, las palabras, juegos y aparentes bromas son muestra de dicha destructividad, las personas que no la tienen por ser diferentes pueden ser rechazadas pero cuando se les observa con más detenimiento se descubre que son más creativas, felices y logran que los que conviven íntimamente con ellas tengan mayor posibilidad de una vida feliz y completa, existen sociedades donde la relación interpersonal implica una conducta destructiva enmascarada por lo que la relación agradable se limita, en estas sociedades el trabajar en equipo es más difícil y el rendimiento global es bajo, nuestra cultura por desgracia es una de ellas.
Para formar una familia es importante que los jóvenes puedan evaluar al futuro cónyuge no sólo por el aspecto físico o rasgos superficiales de la personalidad, la inteligencia, madurez personal y lo sano de sus emociones son las reales carencias o capacidades que disminuyen o aumentan la probabilidad de felicidad, desarrollo y de procrear hijos que crecerán en un ambiente propicio para que la potencia genética se convierta en realidad.
Lograr que el desarrollo humano sea más integral y sano permite que la agresividad destructiva disminuya permitiendo que un círculo benéfico se instale produciendo seres más valiosos, esto es un “ideal” posible ya que se encuentra dentro del potencial de la naturaleza humana, los animales cercanos evolutivamente a nosotros muestran destructividad exagerada contra los miembros de su especie sólo cuando están carentes de lo indispensable o se encuentran en reclusión en los malos zoológicos.
¿Estaremos en carencia crónica o vivimos en un mal zoológico?
