Buenos Aires, (EFE).- Después de cuatro años de coleccionar avisos insólitos en la vía pública como un hobby, tres publicistas argentinos presentan su tercer libro de fotos, todavía sorprendidos de la creatividad surgida en las calles.
Las fotografías de un cartel que promociona "empanadas inteligentes", de otro que liquida "dos enanos por 10 pesos" y de un tercero pegado en un árbol que dice "reservado señora María" son algunas de las incluidas en el nuevo libro.
El "Proyecto Cartele" (sin ese) reúne una colección de avisos de la vía pública de distintos lugares del mundo con leyendas insólitas, errores de ortografía, fallidos y dobles sentidos, que parecen desafiar las creaciones más extravagantes de la publicidad.
"Lo registrado en 'Proyecto Cartele' cuenta con una frescura y una inocencia que la publicidad profesional ha perdido hace mucho tiempo, a manos de la mercadotecnia, las investigaciones de mercado y los millonarios presupuestos que no pueden arriesgarse", contó a EFE Esteban Seimandi, uno de los creadores del libro.
Con la ayuda de colaboradores espontáneos de sitios tan distantes como México, España, Qatar y Estados Unidos, que les acercan sus fotos a través de una página web (www.carteleonline.com), los integrantes del "Proyecto Cartele" lanzaron su tercer libro, titulado "Entrada boca de lobo".
"Como publicitarios y diseñadores, descubrir este tipo de maravillas nos ha obligado a hacer un ejercicio de humildad, considerando que muchos carteles más de una vez nos han asombrado como ninguna campaña profesional lo ha hecho", señaló Seimandi.
Con un formato pequeño (de 18 por 13 centímetros), el libro cuenta con 120 fotos de carteles de la vía pública involuntariamente cómicos, realizados por no profesionales de la comunicación.
En Ecuador, un aviso de Coca Cola va acompañado de una leyenda que dice "el eructo feliz", mientras otro en España invita a que "pasen por el horno" y uno mexicano avisa que "los días de función el teatro permanecerá cerrado".
Seimandi, junto a Gastón Silberman y Machi Mendieta, comenzaron a interesarse por los carteles como un hobby en 1998, pero con el tiempo la gente comenzó a conocer su proyecto y a enviar tantas fotografías que su archivo ya cuenta con seis mil imágenes.
"Nadie podría haber imaginado esto. Lo hicimos sin demasiadas expectativas y a los seis meses el primer libro ya estaba agotado y la gente nos había mandado fotos como para hacer tres libros más.
Decidimos que no podíamos ignorar semejante repercusión y abrimos el proyecto a la gente", explicó Seimandi.
Ajenos a la publicidad y el diseño pero atentos al bombardeo visual al que son sometidos en las calles, los cazadores de estas perlas de la comunicación popular envían entre quince y veinte fotos por día a la página de Internet, algo que dificulta la selección.
"Para elegir las fotos tomamos en cuenta el asombro más inocente de cada uno de nosotros", contó Seimandi, risueño, aunque reconoció que a veces tienen que discutir, pelear y hasta arrojarse "objetos contundentes" para poder meter o sacar una foto de la selección.
La iniciativa fue lanzada en el año 2000 y ya ha dado como fruto dos exposiciones y tres libros, que se venden no sólo en Argentina sino también en España, México, Colombia, Uruguay, Chile y Venezuela.
Un ejemplo de la sofisticación que va cobrando este trabajo es una fotografía de un cartel ubicado sobre un coche en Buenos Aires que promociona servicios de control mental gratuitos en el mismo lugar en el que ofrece agua, luz y aire, u otro que indica dónde queda la "asesoría de incapaces número tres".
La colección de Seimandi, Silberman y Mendieta también incluye curiosos nombres de negocios como el de la peluquería "Los pelos que sobran"; el "Museo de la bombacha (braga): traiga su bombacha y cuéntenos su historia (absoluta reserva)"; y la "Parrilla, el asesino de los precios altos".
De España llegaron a este colectivo fotográfico de diseño popular avisos que promocionan un "Club de payasos españoles", una tienda de revelado de fotografías en la que también se pueden comprar frutas y otra que lava su auto y su perro "cómodamente".
Muchos de estos carteles suelen pasar inadvertidos hasta que alguno de estos atentos fotógrafos aficionados le otorgan un nuevo sentido a la publicidad tradicional y detectan que se puede asistir a "conferencias sobre la ingesta de arcilla" o que está abierto al público el "camarín de la virgen".