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Punto de Vista / Algo anda mal con los conceptos: Piedad, compasión y eutanasia

Dr. Fernando Llama Alatorre

De antemano sé que tocar estos temas me hace sacar boleto ?y gratis- para ser quemado mañana mismo en una pira pública por ?hereje?.

Mi conflictivo cerebro que en estas semanas ha estado pasando por una crisis existencial profunda, es hoy día un avispero de ideas tratando de salir por mis oídos, y con el afán de que éstas se expresen con la mayor cordura posible, las dejaré ir saliendo ?una a una?.

Si quisiéramos legislar en México para castigar a los microbuseros del D.F por su pésima manera de manejar, es obvio que no se les pediría a ellos su opinión sino a la gente que se ha visto afectada por lo ?cafres? que son. Así mismo si quisiéramos legislar sobre las penas que hay que dar a los secuestradores, más que tomar el sentir del mocha-orejas, habría que tomar la opinión de las miles de personas que han sufrido el terror de un secuestro.

Dicho esto, cuando hablamos? ?del bien morir?, y de la palabra... ¡¡Piedad!!... aplicada al acto mismo de dejar de existir, estoy cierto de que a quienes deben pedirles su opinión, es a aquellos enfermos a quienes el médico les ha dicho que en fecha próxima van a morir? ?pero?? -y ahí es a donde yo quería llegar-? que antes de morir deberán pasar por un calvario de meses y más meses de molestias y sufrimientos.

Con igual derecho le preguntaría su opinión a todos esos padres, esposas o hijos que hoy día sufren, o ya han sufrido en carne propia los destrozos emocionales que causa el ver agonizar a un ser querido durante meses -en veces años-; molestias y sufrimientos ilógicos y faltos de toda piedad, para estarlos viviendo en este Siglo XXI y en un mundo que se precia de ser ?civilizado?, donde se cuida al máximo que los animales que nos comemos mueran sin el más mínimo dolor? ¿y nosotros qué?? ¿no tendremos acaso el mismo derecho?

Yo no sé qué es lo que pasa, pero el género humano, tardamos años en darnos cuenta de que algo anda mal en nuestras creencias, y sólo cuando ya nos hemos llevado a miles de personas entre las patas? hacemos los cambios pertinentes.

Y al hablar de cambios me refiero a leyes, normas de conducta, y hasta asuntos ?morales?, costumbres que llevan años haciéndose así tan sólo porque? ¡¡Y ése es el problema!!? porque nos cuesta mucho externar y poner en práctica una nueva idea tendiente a ?mejorar? lo que por años se ha establecido como cuasi como? ?dogma de fe?.

Inmerso en mi crisis emocional, hoy quiero hablarles de la piedad, cuya definición nos dice que es la virtud que inspirada por el amor de Dios nos lleva a hacer actos de ?compasión?. Y si hablamos de compasión? ¿Qué actitud se debe tomar con los enfermos terminales?, ¿qué hacer con esos seres humanos a quienes una enfermedad como el cáncer les depara morir en una forma a la que yo definiría como: poco humana y nada compasiva, una muerte donde la palabra piedad? ¡¡Brilla por su ausencia!!

Y ya basta de querer culpar a Dios de todos nuestros males con aquello de:

¿Cómo es posible que Dios permita esto y aquello?... ¿Cómo es posible que Dios permitiera que un misil Patriot cayera en una escuela de Cisjordania matando a 23 niños?? ¡¡Por Dios!!... estamos ya en el Siglo XXI y sabemos bien que aquel texto de que: No se mueve la hoja de un árbol ?sin que Dios lo permita?, quizá debió haber sido: ?sin que Dios esté enterado de ello?.

Porque si la frase fuera ?sin que Dios lo permita?, a Dios podríamos achacarle entonces todos y cada uno de los crímenes de la tierra, el holocausto nazi, las matanzas de Stalin, Hiroshima, Uganda, y miles más de atrocidades que de seguro han hecho llorar? ?al mismo Dios?, de ver en lo que se ha convertido, su máxima creación? el hombre.

Hasta cuándo los humanos conceptualizaremos la idea de una muerte expedita, y del no alargar innecesariamente el paso por ese ?puente celestial? que separa la tierra del cielo. Sobre todo cuando nuestros conocimientos médicos se han topado con pared, y aún nos hemos dado el tiempo para esperar? un milagro.

Dios mío? ¿En dónde está la piedad?... ¿Acaso estarás tú de acuerdo en que tus hijos mueran con dolor?... no lo creo. ¿Acaso estarás de acuerdo en que vayamos a ti luego de padecer un calvario de sufrimientos?? ¡¡No lo creo!!

Sería de lo más estúpido e incoherente, el tener el concepto de un Dios padre, tierno y cariñoso, y en contraparte oír a la iglesia hablarnos de que vivimos en este ?valle de lágrimas? y que hay que ?sufrir en esta tierra para merecer el cielo?? ¿Sufrir?... ¿Y por qué?... ¿Qué fue lo que yo hice mal?... dudo mucho que Dios esté de acuerdo en que para llegar a Él haya primero que pasar por un camino sembrado de ?sufrimientos?.

Basta de esas ideas arcaicas de que hay que sufrir en esta tierra para merecer la vida eterna? ?falso?. Que hay que ser hombres buenos? ?cierto?, hombres honestos y justos? ?cierto?, amar y ayudar a nuestros semejantes... ?cierto?, pero ningún padre amoroso le diría a su hijo: ¡¡Te espero esta noche en mi casa ?pero?... sólo si antes te arrancas la piel a jirones... ¡¡Por favor!!? en qué mundo vivimos.

¿Qué se necesita para que gobernantes y líderes religiosos, legislen sobre el tema de morir con dignidad, y sin sufrimiento?, si huelga decir, que ya el hecho mismo de morir, reviste en sí, un trauma que nos aqueja a todos los mortales.

Yo le aseguro que usted y yo estaremos de acuerdo en que si hemos de morir algún día, deberíamos al menos tener la certeza, de que moriremos con dignidad, rápido y sin dolores innecesarios.

Y para aquéllos a quienes mis palabras les alarmen yo les preguntaría: ¿Acaso tendrán cárcel o infierno todos los soldados que van a la guerra y que por obvias razones matan a un semejante?... ¿Tendrán cárcel o infierno aquéllos que matan a una persona de su mismo país cuando se inicia una revolución por lograr condicionas más dignas y menos opresivas?... ¿Habrá cárcel o infierno para los que matan a un bandido que se metió a invadir su suelo patrio?? porque de ser así -y a como va el mundo- habrá que irle haciendo mejoras al infierno para que quepa más gente, pues va a quedar atestado de valientes palestinos y heroicos kamikases, de jóvenes soldados que sólo siguieron órdenes de su gobierno (USA), de revolucionarios idealistas que lucharon por mejores condiciones para sus familias (Bosnia), y hasta de defensores heroicos de su suelo patrio -Niños Héroes- que no dudaron en matar al invasor y morir ellos mismos en la refriega.

Quiero pensar que en todos estos casos habría consenso, y gobierno e iglesia dirían: En los casos de defender a tu país, luchar en una revolución o ir a la guerra... ¡¡No es delito matar!!... y si es así? ¡¡Tampoco sería pecado!!

Viendo las cosas con este cristal? ¿Habrá quién se atreva a condenar a un médico que evita que un ser humano inocente sufra durante meses un innecesario calvario?... desgraciadamente, tal parece que hoy día? ¡¡Sí!!

Y no crea que estoy descubriendo el hilo negro, pues la polémica de la ?eutanasia? se remonta en el tiempo hasta la antigua Grecia, donde se han encontrado textos acerca de este tema escritos por Sócrates y Platón.

En el Estado de Oregón (USA) los ciudadanos aprobaron por referéndum en 1994 el ?suicidio asistido? por médicos para enfermos terminales. En abril de 2002, Holanda legalizó la ?eutanasia? bajo una serie de ?garantías?, convirtiéndose así en el primer país del mundo que da este paso. En septiembre de ese mismo año Bélgica fue el segundo país en aprobarlo.

Con la nueva ley aprobada por el parlamento Holandés, el médico que practica la eutanasia ?bajo determinadas condiciones?, es ?amparado por la ley? y puede aplicarla a los mayores de 16 años que la piden, y a los menores de 16, si se da la autorización de los padres. Se trata de la primera legislación nacional sobre el tema .

La "buena muerte" (eu-thanatos) está en el centro de los debates de muchas sociedades actuales y sé bien que tarde que temprano el mundo entero -y la iglesia con él-, tomarán cartas en el asunto y legislarán para que en los casos terminales ?comprobados?, haya una ley que permita al enfermo que tiene la certeza de una muerte dolorosa, decidir por sí mismo, si desea o no, pasar por ese innecesario y salvaje? calvario de sufrimientos.

Eso es lo que pienso? traigan pues las antorchas.

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