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Punto de Vista / El agua, las presas, los pozos? las gentes

Dr. Fernando Llama Alatorre

Definitivamente, si la cocinera de mi casa me dice que está preocupada por la economía lagunera, su postura no pasará de ser un mero tema de conversación mientras me da de almorzar. Sin embargo, si quien lo expresa es un maestro de economía por la Universidad de Harvard, no me cabe la menor duda de que deberé estar pendiente de lo que dice, y en lo sucesivo cuidar mis centavitos? porque algo malo se avecina.

Sustituyendo el tema economía por el polémico tema de.. ?el agua?, si a mi amigo Francisco Valdez Perezgasga le intranquiliza que se vayan a hacer dos presas de regulación en el cause del río Aguanaval, créame que ello me alarma aún más, que la misma economía local.

Como el tema no está para hacerle oídos sordos, llevo semanas preguntando e investigando acerca de los daños ecológicos e hidrológicos que ?indirectamente- ocasionaría la construcción de una presa.

Aun antes de ponerme a analizar el problema en sí mismo, hay algo que no sólo me intranquiliza sino ?me aterra?? y esto es, que he visto retirar árboles que previamente se habían sembrado, porque se comprobó que no había sido el lugar correcto. He visto quitar enormes anuncios publicitarios porque no tenían el permiso debido, pero por mi madre, que jamás he visto ?dinamitar una presa? -que costó 150 millones de pesos- luego de que se dieron cuenta que fue un error haberla construido. Y estoy totalmente seguro de que antes que verla dinamitada, nos enfrascaríamos en una discusión de 20 años acerca de los ?asegunes? políticos y económicos del proyecto; los unos defendiendo una postura y los otros defendiendo la otra.

Hasta donde yo recuerdo en mis noveles 51 años, sólo he oído el caso de una sola presa, -en el Estado de California USA- que están hoy por dinamitarla, luego de que se comprobó tras 50 años de pleitos y discusiones que había sido un error construirla, y que los daños ecológicos que ocasionó fueron irreversibles. Fuera de este caso extraño, me corto un dedo si en mi México querido, una construcción de esa magnitud es dinamitada por comprobarse que no fue acertado construirla.

Parafraseando a mi querido maestro ?Don Hueso?, y a su clásica frase de que le explicara ?la clase? como si él fuera la cocinera de mi casa ?Léase: lo más claro posible-, le diré que tengo un rancho en el municipio de Ocampo, Coah., ?cerca de Cuatrociénegas-, mismo que está enclavado en un enorme cañón de 40 Km. de largo. Pues bien, cuando llueve en la parte alta del cañón -cuesta arriba de mi rancho-, las avenidas de agua son similares a las que usted vería en un río formal, pues el nivel del agua que corre por los arroyos ?que son de 100 metros de ancho- se eleva hasta los cuatro metros. Obvio que este flujo de agua sólo dura algunas horas, pero como el arroyo es ?cascajudo? y ?arenoso?, ya imaginará usted la enorme cantidad de agua que se filtra a la tierra mientras el agua corre.

El tema agua y arroyo, cobra toral importancia para mí, al decirle que a 50 metros del arroyo tengo un bellísimo pozo de agua de dos pulgadas ?el único en muchos Km. a la redonda-, y en el que bombeo el precioso líquido a 200 metros de profundidad. Pues bien, cuando las lluvias son escasas y no corre el agua por los arroyos, el nivel al que tengo que bombear aumenta hasta los 250 metros, ello debido a que bajo mi pozo existe una enorme ?casuela de roca? a la que hay que ?estar llenando? cada vez que llueve, para que luego yo pueda bombear el agua. Por el contrario cuando las lluvias son copiosas y el agua corre seguido, el chorro de mi bomba aumenta considerablemente al elevarse el nivel dinámico del pozo, por tener su casuela pétrea? rebosante de agua de lluvia.

Aclarado esto, Anita, la cocinera de mi casa, quien guisa de maravilla -y a quien debo apoyar o me quedo sin comer-, vive en un poblado de nombre Nazareno, Dgo., el cual aparece en el mapa, tan sólo porque existe ahí un pozo de agua que abastece al pueblo ?pero sólo para beber-. Es tan importante el pozo del pueblo, que cuando éste se descompone, aquello es un caos, pues hay que acarrear el agua en pipas desde otros poblados vecinos y repartirla en botes ?casa por casa?, ya que de no hacerlo sus moradores tendrían que emigrar en pocos días. Este pozo al igual que el mío, tiene en las profundidades de la tierra su ?casuela de piedra?, misma que deberá ?recargarse? periódicamente cada vez que el río Aguanaval pase por ahí, y sus turbulentas aguas se filtren en el cascajiento y arenoso cause del río .

Anita que no tendrá mucha idea de política y cálculos matemáticos, sí que está sumamente preocupada, porque sabe bien que si el agua no corre por el río como lo ha hecho -tan sólo- en los últimos 40 millones de años, el pozo del pueblo ?tarde que temprano- se quedará sin agua, y está consciente de que si el pueblo se queda sin agua, ella se queda sin pueblo, y no tiene dinero para emigrar a otro lugar.

Como cualquier proyecto, debo suponer ?sin estar inmerso en el caso- que tiene cosas a favor y cosas en contra, pero aún suponiendo que entre las cosas a favor estuviera el que ahí mismo se hará una nueva Disneyland que dará trabajo a cinco mil personas ?que dudo exista algo parecido- si el único ?contra? que existiera, fuera que a los acuíferos ?cuesta abajo de la represa? se les mermará su suministro de agua? ya no le busque más? ¡¡Esas presas no deberán de construirse¡¡, aunque fueran muchos los beneficios personales que se lograran con su construcción.

Si de algo estoy totalmente convencido, es de que, si mi vecino del rancho ?cuesta arriba del cañón?, decidiera hacer una presa para retener el agua de lluvia que corre por los arroyos de mi rancho, yo iría hasta las últimas instancias para evitárselo, pues de no hacerlo, mi pozo terminaría secándose? y con él? mi rancho.

Dado que el hombre por naturaleza propia es ?falible?, esto es, que se puede equivocar, yo animaría a las gentes interesadas en construir las presas ?que no dudo lo hagan de buena fe- a que analizaran detenidamente el proyecto, lo comparen con otros similares, y analicen detenidamente el daño ecológico e hidrológico que ello ocasionaría, pues sería triste observar al paso de los años, una decena de pueblos abandonados, una decena de pozos agotados, y una decena de millonarios? más millonarios aún.

www.internetual.com.mx/llama

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