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Punto de Vista / Lamiéndome las heridas...

Dr. Fernando Llama Alatorre

luego de cinco años

Carta a mi padre:

Papá:

Hoy que me puse a meditar sobre tu persona, me doy cuenta de que tu vida siempre ha estado llena de trabajo, de problemas y no pocas veces... de sin sabores.

En contraparte yo tuve una niñez feliz.... gracias a ti. Tuve techo, comida, protección y afecto... gracias a ti. Tuve un buen colegio y una buena Universidad... gracias a ti.

Y de alguna forma, lo que tengo ahora, aunque sé que me lo he ganado con mucho esfuerzo propio, fue usando las armas que tú me enseñaste a usar, los estudios que tú me pagaste y el buen ejemplo del trabajo honrado y tenaz que siempre observé en ti.

Hoy estás fregado... ya lo sé. Los dientes ya no te funcionan... ya lo sé. Tu estómago no tolera lo que tú quisieras comer... lo sé bien. Tus piernas son débiles y ya no te responden como antes? cierto. Y con lo activo que siempre fuiste, trabajando desde los 14 años, hoy te desesperas de no poder caminar... lo sé, y no sabes cuánto lo siento.

Pero hay algo importante que no debes olvidar: Todo, -y escúchame bien-, absolutamente todo lo que somos y tenemos los 12 hijos que trajiste al mundo.... "te lo debemos a ti", y sí me apuras un poco, creo que hasta una parte de lo que hoy disfrutan tus nietos, se debe en algún grado a aquel esfuerzo ?extra? que tuviste que hacer para pagar la universidad a 12 hijos.

Siéntete orgulloso papá. Orgulloso de haber nacido, vivido y luchado para engrandecer a ésta tu tan querida "Comarca Lagunera". Orgulloso de haber dado tanto... ¡¡y a tantos!! De haber sido siempre un hombre sencillo y por ello importante. De gozar del afecto y del respeto de quienes te rodean. Siéntete orgulloso de llamarte Fernando Llama, tan orgulloso como nos sentimos Fer y yo de llevar tu mismo nombre y apellido.

Hoy, nuevamente me doy cuenta de lo grande que eres, y de lo mucho que te quiero. La vida no pasa en balde papá, y aunque hoy te sientas viejo, enfermo, cansado y como tú dices... "muy fregado", debes sentirte satisfecho por todo lo que lograste hacer, sabedor de que personas de tu temple nacen... una cada 100 años.

Siempre te he querido mucho y siempre contarás conmigo

Tu hijo mayor... Nando.

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Papá murió cinco meses después de recibir esta carta un 11 de marzo de 1999, y hoy a cinco años de su partida, recuerdo con gusto el haber tenido la oportunidad de decirle -"en vida"- a don Fernando Llama cuánto lo quería... y cuánto lo admiraba.

Ojalá y todos pudiéramos expresar a "nuestros viejos" el agradecimiento, el respeto y el amor que les tenemos "mientras aún lo pueden oír", pues ya después de que hayan partido, todo lo que digamos frente al ataúd serán palabras huecas que se las llevará el viento.

Los años pasan a tal velocidad que apenas ayer éramos estudiantes universitarios y ahora son nuestros hijos quienes están en la universidad, y la verdad, no sé a ciencia cierta cuál fue el momento exacto en que los viejos nos pasaron ?la estafeta?. El momento exacto en que los viejos nos dijeron? ahí te va, yo ya dirigí el mundo por muchos años? ahora te toca a ti dirigirlo.

Hazle como quieras, que ahora ya es tu responsabilidad. Ahora ya puedes cambiar las viejas normas de la casa que tanto te disgustaron por estrictas, y poner las nuevas tuyas que ahora deberán ser ?muy flexibles?. Ahora ya podrás dejar que tus hijos lleguen a las cuatro de la mañana como tú querías llegar, y no a las dos como yo te lo había marcado. Espero que tus hijas tengan ahora todas esas libertades de las que tanto te quejaste y tanto deseaste tener, y espero sinceramente que esos cambios te resulten, que por mi parte, yo estoy muy tranquilo pues mis métodos me dieron muy buenos resultados? y si no lo crees, tú, que eres mi producto terminado? eres la prueba de ello.

Toma las riendas del establo que yo inicié desde abajo comprando fiadas mis primeras 10 vacas pintas, espero que ahora que tú lo tomas con 2000, no lo eches todo por la borda, y que sepas manejar el negocio con honradez, para que te alcance a mantener a mis nietos? y a los nietos de mis nietos.

Te entrego una noria trabajando para que siembres las 20 hectáreas de alfalfa que siempre consideré eran las adecuadas y suficientes para nuestra empresa, y si no perforé más pozos, fue por no sobrecargar la extracción del acuífero de nuestra querida Laguna, ya que si nosotros fuimos los fundadores de esta tierra, no íbamos a querer destruirla con nuestra imprudencia extrayendo tanta agua para nuestros cultivos que luego ya no hubiera la suficiente para que bebieran nuestros nietos. Espero que ahora que eres el jefe no te arranques perforando pozos y más pozos con el único fin de enriquecerte a costa de destruir lo que tanto esfuerzo me costó crear.

Te entrego la tienda de ropa o abarrotes que con tantos esfuerzos y desvelos tu madre y yo atendimos personalmente desde que sólo era un tendajo. Esta tienda no sólo me dio dinero, sino también el respeto de la gente, porque siempre les vendí productos de calidad y al mejor precio, y nunca dejé de dar la cara cuando alguno de mis productos no había salido lo bueno que yo me lo esperaba. Espero sigas con la misma costumbre, aunque te repito, ahora tú eres el jefe, y puedes ?si así te parece- cambiar lo que siempre dio buen resultado y empezar a vender cosas caras y que sabes bien que no sirven, allá tu, quizá ello te deje más dinero, pero perderás todas la bellas amistades que yo cultivé a lo largo de tantos años.

No le voy a decir a usted si todos los que tomamos las estafetas de nuestros padres, lo hemos estado haciendo mejor o peor que ellos, las pruebas están a la vista, los periódicos las publican a diario y las conclusiones se las dejo a su criterio.

Lo que sí es cierto es que mirando en retrospectiva? son muchas las cosas que añoramos del pasado y que desearíamos sinceramente que nunca hubieran cambiado? ¡¡pero fue nuestra culpa!!... la culpa de quienes hoy día tenemos en nuestras manos la dirección de México.

De todo esto me quedo con una última idea: Hace un par de años un conocido empresario lagunero cumplió 50 años de casado y tuvo a bien invitarme a su fiesta, en ella me enteré por voz de su hijo, que su padre les acababa de decir lo siguiente:

Aquí les entrego todo lo que hice en mi vida, ya no quiero saber absolutamente nada de los negocios ?y estaba hablando de más de 150 tiendas-, a partir de hoy, dedicaré los años que me queden de vida, a ver por tu mamá, a cuidarla y a estar juntos mientras Dios dispone venir por nosotros. Para mí, y con todo el respeto y admiración que me merece, usted, don A.M.B., es un filósofo contemporáneo... digno de imitarse.

Corolario:

Papá: Desde donde estés, tú sabes bien que no pasa un día sin que alguien comente algo acerca de ti, de tu forma de hablar, de lo que tú dirías en tal o cual situación, o de cómo actuarías en determinado caso. Y quizá sea por ello que aunque ya han pasado cinco años de que te fuiste, aún te sentimos ?entre nosotros?, pues cierto es aquello de que, cuando una buena persona muere, su alma no se va a ningún lado, se queda aquí flotando? entre los seres que lo quisieron, mientras ellos sigan hablando de él con el cariño y la admiración que siempre le profesaron.

Te quiero mucho papá... y te extraño de a madre... Nando.

www.internetual.com.mx/llama

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