LOS ANGELES (AP).-En California viven unos 12 millones de hispanos, aproximadamente un tercio de la población del estado. ¿Qué pasaría si de un día para otro desapareciesen todos ellos?
En la nueva comedia de Sergio Arau "Un día sin un mexicano", la respuesta es el caos.
Los cafés se quedan sin camareros, las verduras se pudren en los sembradíos, faltan maestras en las escuelas y desaparecen funcionarios electos, entre ellos el vicegobernador.
"La idea de la película era hacer visible lo invisible", explicó Arau, nativo de México e hijo del director y actor Alfonso Arau. "Es como un automóvil. Si le quitan un neumático, uno se da cuenta".
La cinta, estrenada a mediados de mayo en el sur de California, será distribuida a nivel nacional poco después por el conglomerado Televisa.
Filmada en estilo documental por casi 2 millones de dólares, satiriza todo en un esfuerzo por resaltar los papeles de los hispanos en la sociedad de Estados Unidos.
"Muchas películas sobre la inmigración son muy serias o trágicas", dijo Arau, director y coguionista de la película. "Pero el humor es el mejor modo de desarrollar los temas serios porque la gente se relaja y está más flexible".
Su esposa Yareli Arizmendi, que actuó en la película del padre de Arau "Como agua para chocolate", protagoniza a la reportera de televisión Lila Rodríguez, la última hispana en California, cuya búsqueda de los hispanos que se han esfumado se torna en el último grito de la "televisión realidad".
Mientras los busca, los escasos automovilistas recorren carreteras extrañamente despejadas y los Dodgers de Los Ángeles se ven obligados a cancelar partidos porque no tienen suficientes beisbolistas.
Los fanáticos de los platillos voladores insisten en que el sombrero mexicano es una réplica de la nave espacial que se los llevó de vuelta a su planeta.
La cinta tiene particular repercusión en el estado más poblado de la nación.
En California los blancos representan el 45% de la población y los hispanos el 43%. Según el Censo Nacional del 2000, los hispanos son una cuarta parte de las maestras de jardín de infantes, el 20% de los policías y el 88% de los trabajadores agrícolas.
Sin embargo se suele ignorar la contribución económica y social de los hispanos, dijo Arau. Recalcó que tiene particular importancia en el caso de los trabajadores temporales, cuya mano de obra barata proporciona bienes y servicios de bajo costo.
Arau y Arizmendi, que fue coguionista, tuvieron la idea en 1994 cuando el ex gobernador Peter Wilson se postulaba a la reelección con una plataforma que incluía un plebiscito para privar a los inmigrantes ilegales de muchos servicios sociales. La Propuesta 187 fue aprobada pero fue inmediatamente objetada ante la justicia y nunca entró en vigencia.
Recientemente una iniciativa similar contra los inmigrantes ni siquiera llenó los requisitos para ser incluida en las elecciones de noviembre. Y aunque el gobernador Arnold Schwarzenegger contribuyó a rechazar un proyecto de ley que habría otorgado licencias de conducir a los indocumentados, dijo que aprobaría una ley similar si incluyese controles de seguridad más estrictos.
Pero la inmigración ilegal sigue siendo foco de controversias.
El representante Dan Rohrabacher propuso recientemente una ley que requiere a los médicos reportar el estatus inmigratorio de sus pacientes a las autoridades federales. Y el presidente George W. Bush ha disgustado a muchos legisladores, incluyendo varios en su propio partido republicano, por proponer un programa que permitiría a muchos que entraron ilegalmente en Estados Unidos recibir visas de trabajo temporales limitando a la vez el número de quienes pueden solicitar residencia permanente.
La publicidad sobre la película suscitó reacciones inesperadas. Algunos carteles con el título de la cinta fueron arrancados por peatones que los consideraron ofensivos sin saber de qué se trataba.
Arizmendi dijo que persisten muchos de los mismos sentimientos negativos sobre los inmigrantes mexicanos que provocaron apoyo por la Propuesta 187.
"Puede que ya no exista la Propuesta 187, pero persisten esas ideas de que los inmigrantes usan y abusan de servicios que no merecen", precisó.
Las cuestiones de la inmigración son más complicadas que lo que puede explorar una película como "Un día sin un mexicano", afirmó Louis DeSipio, profesor adjunto de ciencias políticas y estudios latinos en la Universidad de California en Irvine.
Por ejemplo, California atrae un número desproporcionadamente elevado de inmigrantes pero no recibe suficientes fondos federales para compensar los costos consiguientes de educación, cuidado de la salud, policía y otros servicios.
Quizás el punto flojo de la película sea su pretensión ambiciosa de abarcar demasiadas facetas en una sola historia, pero Arau y Arizmendi aseguran que su objetivo es muy sencillo.
"La gente nos pregunta '¿Qué quieren que hagan los espectadores cuando salgan del cine?"', preguntó Arizmendi. "Todo lo que queremos es que vayan a cenar y sencillamente observen con los ojos bien abiertos. Que vean la complejidad de la gente diversa que encuentren allí".
En la internet:
http://www.adaywithoutamexican.com
