EFE
MÉXICO, DF.- Los bancos mexicanos se unieron en una cruzada para intentar cambiar la cultura local de vivir al día y confiar sólo en el dinero en efectivo y avanzar hacia nuevos medios de pago electrónico más seguros.
La Asociación de Bancos de México (ABM) lanzó ayer una campaña nacional para incentivar las compras con tarjeta de débito que implicará dotar de terminales electrónicas a 250 mil pequeños y microempresas, tales como almacenes y tiendas de barrio en todo el país.
Además, la ABM pretende modernizar las terminales que tienen los comercios medianos y grandes para reemplazar la banda magnética por el chip.
En México el 88 por ciento de las transacciones se realizan en efectivo, contra sólo un 12 por ciento con tarjetas, según datos de la ABM.
Por otro lado el 95 por ciento de los comercios son pequeños o microempresas que facturan menos de 87 mil dólares anuales, tienen máximo cinco empleados y generan el 60 por ciento de la ocupación en el sector.
La campaña tendrá un costo total de tres mil 500 millones de pesos (307 millones de dólares), divididos entre 105 millones de dólares para instalar nuevas terminales, 114 millones de dólares para instalar la tecnología del chip y otros 87.7 millones de dólares en publicidad.
La promoción incluye una serie de incentivos para que los tenedores de tarjetas de débito las utilicen para comprar, tales como premios y regalos.
Por su parte, los dueños de comercios recibirán “mejores condiciones” de la banca en términos de cómputo de valores y la tasa de descuento, que implicará reducir en un 50 por ciento las comisiones, hasta alrededor de un dos por ciento.
El impacto de estas acciones para la banca será la pérdida de alrededor de 600 millones de pesos (53 millones de dólares) por año.
Pero la apuesta es que “los volúmenes van a crecer de manera significativa y que esto redundará en mejores resultados para todos”, señaló el presidente de la ABM y director general de Banamex (de Citigroup), Manuel Medina Mora.
Explicó que con esta inversión, que será asumida por los bancos, se intentará hacer “un cambio cultural” en la manera de pensar y operar de los mexicanos, que durante décadas han sufrido devaluaciones cíclicas y que tras la crisis bancaria de 1995 sólo confían en el efectivo.
“Este sistema significará mayores ventas, menores costos y mayor facilidad para todos”, afirmó.
Medina Mora destacó que al avanzar la penetración de los sistemas electrónicos de pago, en este caso la tarjeta de débito, producirá ahorros y reducirá riesgos para todos.
Además, ayudará a integrar al sistema a la economía informal al favorecer el uso de un medio de pago financiero, a incrementar el uso de los bancos, y a abaratar los costos de las transferencias de dinero de los inmigrantes en el exterior, aunque este mecanismo por ahora sólo beneficiará a los bancos que tienen tarjeta binacional.
Medina Mora indicó que la instalación de las terminales y el traspaso a la tecnología de chip concluirá en 2007, pero que se tardará “entre ocho y diez años para que dos de tres transacciones comerciales se efectúen con tarjeta de débito”.
Algunas cifras
Intro: Estas son algunos números de las tarjetas de crédito.
·Actualmente en México hay 41 millones 600 mil tarjetas, de las cuales nueve millones 400 mil son de crédito y 32 millones 200 mil de débito, pero que son básicamente utilizadas para sacar dinero de los cajeros, aunque en el último tiempo se ha expandido su uso al pago de nómina.
·Aunque el número de transacciones con tarjetas se ha duplicado desde 2000, pasando de 68 a 134 millones el año pasado, los banqueros reclaman que las tarjetas apenas si son empleadas para consumir.
·Según el presidente de la ABM esto implica la infrautilización de una infraestructura costosa que en otros países ha dado estupendos resultados al aumentar el consumo en un promedio del 35 por ciento.
·México tiene uno los porcentajes más bajos de utilización de tarjetas de débito en el gasto del consumo privado, de alrededor del dos por ciento, comparado con el cinco por ciento de Brasil y Argentina, el ocho por ciento de España, el diez por ciento de EEUU y el 18 por ciento de Corea del Sur.
FUENTE: ABM