Con o sin permiso, se enfrenta el mismo problema, la caída en el poder de compra de la población.
El Siglo de Torreón
Torreón, Coah.- Trabajar en la informalidad ya no es redituable. Al igual que los negocios formales, mil 788 vendedores ambulantes de alimentos atraviesan por una recesión económica: sus ventas cayeron en un 50 por ciento, en promedio.
El camino de la informalidad ha dejado de ser una de las salidas fáciles para los contribuyentes cautivos que enfrentan una pesada carga de obligaciones fiscales o que no tienen empleo.
El obtener mayores ingresos evadiendo el pago de algunos impuestos, pero sobre todo los gastos fijos, no es hoy la solución inmediata para los informales. Las ganancias no son las de antaño, por lo que los recursos obtenidos sólo sirven –en la mayoría de los casos- para mantenerse o sobrevivir dentro del mercado.
La crisis en los puestos de comida deja en evidencia que la gente ha pulverizado su poder de compra y sólo puede aplicar su sueldo en productos y servicios elementales para subsistir. Sin embargo, las autoridades municipal y de salud captan montos singnificativos por esta actividad por casi cinco millones de pesos sin importar si se vende o no.
El impuesto del departamento de Plazas y Mercados por concepto de derecho de plaza obtiene más de cuatro millones de pesos al año. Le sigue la venta de las denominadas tarjetas de salud con percepciones por 432 mil pesos, aunque el monto final podría alcanzar un millón de pesos.
Desde el año pasado el consumo de gorditas, burritos, tacos, hamburguesas y carne asada ha venido de más a menos. La constante observada en el sondeo realizado en varios negocios que operan en la ciudad es que no hay liquidez dentro del mercado.
Las ventas de los ambulantes no sólo han descendido, sino que lo han hecho de manera abrupta, pero sin que ello refleje menores pagos de cuotas y licencias para operar.
La pérdida de poder de compra está afectando no sólo a quienes hace algunos meses decidieron poner un puesto de comida, sino a los vendedores que trabajan en esta actividad desde dos, 15 y 54 años.
Permiso para vender
Con o sin permiso, operan en Torreón tres mil 577 vendedores ambulantes. Los ingresos captados por concepto de permisos que expide el Ayuntamiento para operar en la vía pública son 218 mil 085 pesos anuales aproximadamente. Sin embargo la mayor recaudación se da por concepto de derecho de plaza al obtener más de cuatro millones de pesos anuales.
De acuerdo a información proporcionada por José María Hernández Molina, jefe del departamento de Plazas y Mercados y sitios públicos en la ciudad, se cuenta con un padrón de dos mil 77 permisos con registro. Un 85 por ciento de ellos corresponden a negocios semi fijos y el resto (15 por ciento) a fijos.
Pero mil 500 puestos -que trabajan diariamente- no tienen autorización para vender en la calle, por lo que se paga tan sólo el derecho de plaza –de 15 a 30 pesos diarios-.
La principal actividad que realizan estos comerciantes informales es la venta de alimentos en la vía pública –50 por ciento-. El otro 50% se divide en chácharas y novedades. Un dato importante es que el 30 por ciento de la venta de comida se realiza por la noche.
La recaudación de ingresos resulta más interesante por el cobro de cuota diaria aplicada a quien tiene o no un permiso para vender en la vía pública. De dos mil 77 - con un costo de 60 hasta 150 pesos anuales- se aplicó una ponderación de 105 pesos. El monto a recaudar son 218 mil 85 pesos.
Por concepto de derecho de plaza, la recaudación es mayor a cinco millones de pesos.
Deacuerdo al departamento de Plazas y Mercados en la última quincena de abril pasado se captaron 177 mil pesos, monto que bien podría ser una ponderación anual. En ocasiones logran recaudar 144 mil hasta 220 mil pesos cada quince días.
¿Qué venden y dónde?
Los vendedores ambulantes de comida se especializan en la elaboración de hamburguesas, burritos y gorditas. Se localizan en centros de trabajo y de diversión, discotecas y bares.
De acuerdo a Hernández Molina existen áreas en donde se concentra el mayor número de puestos. En la zona centro, las arterias con un mayor número de negocios informales son en avenida Hidalgo y Juárez, Plaza de Armas, la alameda y el bosque Venustiano Carranza. Se cuantifican 499 puestos, es decir un 24.02 por ciento de quienes sí tienen permiso.
Un dato interesante es que de los vendedores que no cuentan con la autorización, mil de ellos sólo opera los fines de semana, entre los que se encuentran 200 miembros de la Asociación de Negocios de Hamburguesas. El resto de las cifras se pulveriza en distintas colonias de la ciudad, por lo que su ubicación no es representativa.
Las zonas de crecimiento de puestos de comida se detectan en la parte oriente de la ciudad: La Merced I y II, Fuentes del Sur, Satélite, Valle Oriente, División del Norte y Residencial del Norte.
Dentro de los requisitos que piden a quienes preparan alimentos en la vía pública son: tarjeta de salud, tener limpio el lugar, usar mandil de color claro, cubre pelo y tener agua corriente para lavar trastes.
El incumplimiento de estas obligaciones podría provocar el recibir un reporte preventivo por parte de la autoridad, mismo que se ha cuantificado en más de 60 actas. En caso de reincidir se podrán aplicar multas desde 408 hasta 795 pesos.
¿Alternativa o un negocio en forma?
A decir de José María Hernández preparar alimentos y expenderlos en la vía pública es una alternativa para hacerse de un ingreso diario o un extra para completar el gasto familiar. En ocasiones cuando el padre de un hogar pierde su empleo, lo único que se le ocurre de inmediato es salir a vender comida por no requerir una fuerte inversión y por lo sencillo de su preparación en la casa.
La operación de estos negocios guarda dos características: aparecen a cierta hora del día, tiempo después se retiran y son puestos familiares.
Sobre este último punto, el jefe del departamento reconoció que quienes contratan empleados para la preparación o venta de alimentos son personas que tienen visión para este negocio. Un ejemplo de ello son los burritos que se ofrecen en distintas partes de la ciudad.
Sin embargo ello no se cumple con las características de un empleo formal.
El costo de la salud
En Torreón cerca de cinco mil 600 personas manejan alimentos dentro de la industria de restaurantes, hoteles, fondas, cantinas y comedores industriales.
Hasta el pasado mes, Jurisdicción Sanitaria VI reportó la entrega de dos mil 400 tarjetas del paquete integral de salud y diez mil 355 avisos de funcionamiento. El ingreso generando por las tarjetas son 432 mil pesos.
El titular, César del Bosque Garza, informó que con base a la Ley General de Salud y Normas Oficiales de México –093-SSA1 y 120SSA1- se tiene la facultad de verificar los establecimiento fijos sobre el buen manejo de los alimentos.
Con un equipo de 12 personas, ante una queja o denuncia, realizan revisiones a los vendedores ambulantes.
La tarea de hacer muestreos de los alimentos es difícil, considerando que no laboran todos los días y la comida se prepara diariamente.
La estimación hecha es por cada de diez negocios callejeros, cuatro de ellos no cumplen con las normas de higiene.
La verificación de los puestos de comida en la calle corresponde al Ayuntamiento, al autorizarles los permisos para la venta en la vía pública.
Los ingresos generados por la venta de las denominadas tarjetas de salud –180 pesos- es representativo, del orden de 432 mil pesos. Quedan por renovarse tres mil 200 en lo que resta del año, tomando como base las cinco mil 600 personas dedicadas al ramo.
No se contabilizan los avisos de funcionamiento debido a que no tienen costo.
Las estadísticas revelaron que el 99.9 por ciento de las enfermedades gastrointestinales son ocasionadas por consumir alimentos de la calle.
El dejar destapados los recipientes de comida al medio ambiente: se exponen a la polución – polvo y heces fecales-. De igual forma, el lavado no apropiado de las verduras y de los envases de las aguas frescas, son focos de infección para César del Bosque.
Dentro de los puestos de comida que se revisan con mayor frecuencia por el riesgo por ser cadena en frío son los pollos asados, mariscos, leche, huevo y hamburguesas.
¿A la gente le importa lo que come?
A decir del entrevistado “a la gente ‘le vale’ lo que come en la calle” y todo ello obedece a una falta de cultura en toda América Latina.
Dentro de las enfermedades más comunes se encuentra son la diarrea, hepatitis, tuberculosis y el cólera.
La familia es el núcleo más importante para educar a los niños y adultos sobre los riesgos que tiene para la salud el comer en la vía pública.
Sin embargo, si no se tiene otra opción, sugiere que se realice en donde el negocio ofrezca condiciones de estabilidad adecuados, pero sobre todo quien manipule los alimentos cumpla con las normas de higiene.
Un dato importante es el observar que los alimentos siempre estén tapados y en una vitrina, en caso contrario, los riesgos de intoxicarse son elevados.
Es por ello que una de las principales recomendaciones es lavarse las manos después de ir al baño y antes de comer y preparar los alimentos.
Negocios familiares
Uno de los negocios ambulantes establecidos desde hace 16 años en el centro de la ciudad es gorditas Samy. La disminuciín de sus ventas se dio a principios de 2004 debido a la falta de liquidez. Los ingresos que percibe diariamente son de mil a dos mil pesos.
Otro de los puestos informales que operan en el hogar es Chalo´s Chalo´s barbacoa de borrego. Desde hace un año y medio se vende carne en kilos, tacos y birria todos los domingos. Sus ingresos netos son 15,600 pesos, sin pagar ningún tipo de permiso.
A unos cuantos pasos, se encuentran las gorditas el güero, con 15 años de establecido. El puesto es atendido por la familia Vaquera. Los fines de semana venden 800 unidades, generando percepciones por 3,200 pesos
José es el dueño del puesto de tacos de barbacoa El Parejo. Sus ventas han descendido desde 2003 en un 60 por ciento, por lo que sólo obtiene ingresos desde seis mil pesos hasta dos mil pesos en un mal día de venta.
El caso de Maribel Hernández es interesante. Ella es madre de dos pequeñas y vende diariamente sus burritos a las afueras de una planta de lácteos de la ciudad. Las ventas han descendido desde octubre de 2003, tendencia que no se ha revertido hasta la fecha. Anteriormente ganaba dos mil pesos diarios, monto que se ha reducido a 500 pesos.
La Cabañita es un negocio dedicado desde hace seis años a la venta de carne asada, costillitas y hamburguesas. Las ventas han descendido en un 50 por ciento debido a la remodelación de una sala de cines.
Héctor Villanueva, propietario relató que antes de esta crisis económica sus ingresos representaban entre 600 hasta 700 pesos. Hoy en día, sus ventas se han pulverizado a 300 pesos.
En el mismo giro, Costillitas Héctor es un puesto establecido desde hace 24 años. Las ventas han caído en el presente año. De 40 kilos de carne, ahora sólo coloca 25 kilos. El ingreso diario que se percibe después de gastos son 560 pesos.
En el bulevar Constitución las ventas de hamburguesas también descendieron.
El primer caso es de Francisca Aguilar. Trabajando desde hace dos años en su casa ha visto disminuir sus ingresos de mil a 300 pesos diarios.
Eloisa Amparo es una señora de mayor edad y cuenta con 20 años de experiencia en la venta de alimentos en la vía pública. Su caso es critico al desplomarse las ventas en 90 por ciento en 2004. Sus ingresos sólo llegan a 40 pesos diarios.
A pocos metros se encuentra la Paloma feliz, un caso atípico. El puesto semi fijo no ha resentido unfuerte desplome en la comida que vende en las noches. Las percepciones de fin de semana ascienden desde tres a cuatro mil pesos. Lo más bajo que ha ganado 1,500 pesos.
En la especialidad de lonches las ventas también han descendido.
Lonches Rodríguez y Morales operan en el centro de la ciudad desde hace seis años. Aquí no se ha resentido una caída en el consumo, por lo que ingresan 6,400 pesos los fines de semana con la venta de 400 lonches. Contrario a otros casos, la lonchería paga impuestos a la Secretaría Hacienda.
Otro caso es el de Guadalupe Zambrano. Desde hace 54 años trabaja en la lonchería el Lechón. Debido al deempleo sus ventas cayeron. Los ingresos que se perciben son 2,880 pesos diarios. Dentro de sus obligaciones esta el reportarle al fisco.
Como una pequeña franquicia ambulante se encusntra Lonches Chilo. Julieta Cortinas Ontiveros vende desde hace 19 años y actualmente el negocio familiar cuenta con 17 carritos distribuidos en la ciudad. Los ingresos que se perciben van desde los 1,800 pesos hasta 800 pesos diarios. También pagan al fisco.
A pocos metros, se encuentra el tabarete de gorditas Adriana. María del Refugio Cabrales, propietaria informó que vende desde hace 20 años. Sus ventas han descendido en un 50 por ciento, por lo que ahora sólo obtiene diariamente 800 pesos.
Una competencia desleal: restauranteros
Para Ernesto Barocio Martínez la menor actividad industrial y el mayor desempleo han acabado con el poder de compra y el consumo de los trabajadores.
La falta de oportunidades de empleo ha generado un crecimiento en el sector informal: instalación de puestos de comida casera en la vía pública.
El presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) delegación Comarca Lagunera, reportó un padrón de 500 restaurantes establecidos en la región. En su mayoría son pequeños negocios formales que operan como franquicias.
Contrario al boom que registró esta industria en 2000 y 2001, ahora la radiografía es una muy distinta. Desde el año pasado y el presente el crecimiento se ha detenido, siendo contadas las aperturas que se han dado.
Aunado a lo anterior, las ventas de los restaurantes comenzaron a caer desde 2003, a una tasa del 13 por ciento. La razón es simple: el recorte de más de mil 800 trabajadores en una planta maquiladora ha impactado a esta industria.
A decir de Ernesto Barocio ciertamente la actividad comercial de la región ha crecido, pero no en la misma proporción a la demanda de empleo de egresados de universidades y desempleados. Por tal motivo la falta de oportunidades obliga a muchas personas a obtener un ingreso dentro de la economía informal en el ramo de alimentos.
Sin embargo, los negocios establecidos –gerentes de restaurantes de cadenas- se quejan constantemente por la competencia desleal que representan los puestos de comida en la vía pública, dado que muchos de ellos se instalan a las afueras de los establecimientos.
La crítica se centra en que los informales les quitan las escasas ventas que podrían tener, pero sobre todo que no pagan impuestos ante el fisco ni cubren las cuotas de seguridad social.
La competencia poco leal que representan los vendedores ambulantes de comida rápida se concentra en un 50 por ciento en la zona oriente de la ciudad: Paseo del Tecnológico, Rodríguez Triana, Saltillo 400 y bulevar Independencia.
En la zona centro se ubican los negocios semi fijos, al igual que en la parte oriente del bulevar Revolución, en la colonia Jacarandas, calzada Colón y avenida Juárez, Diagonal las Fuentes y bulevar Constitución.
Un programa que fomenta el autoempleo
El programa Permanente de Ahorro y Microcrédito del Ayuntamiento promueve el autoempleo. De enero a abril del presente año han otorgado apoyos económicos por tres millones 653 mil 500 pesos en beneficio de dos mil 200 personas –en su mayoría amas de casa-.
María del Carmen Rodríguez Rodríguez, directora del esquema define el autoempleo como un sinónimo de un negocio informal. Las difíciles condiciones económicas del país no han permitido la creación sencilla de establecimientos formales, por lo que el único camino es instalar micronegocios o “changarros” para resolver los problemas económicos de muchas familias laguneras.
Los recursos se han canalizado a la creación de negocios de este tipo: salones de fiestas, fábricas de piñatas, venta de manualidades, comida, de ropa, calzado y productos de catálogo.
La meta de enero a julio del presente año es formar 62 grupos nuevos, integrados por 930 personas.
La edad de vida de un micronegocio
De acuerdo a la coordinación general de Delegaciones Federales de la Secretaría de Economía, ocho de cada diez negocios en México cierran antes de cumplir tres años. Otra de las estadísticas de esta dependencia muestra que sólo dos de cada diez pequeñas y micro empresas se mantienen después de un trienio.
Un punto de vista sociológico
La economía informal en México surge por la falta de control por parte del Gobierno, aseguró Roberto López Franco, sociólogo y director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
La explicación que tiene el crecimiento tan acelerado de esta actividad no formal en La Laguna tiene una razón sociológica dentro de la economía.
La razón de evadir el pago de impuestos, servicios o permisos para trabajar es adoptada por los grupos menos favorecidos dentro de la economía nacional. El hecho de no poder encontrar un empleo o tener un refugio laboral obliga a muchas personas a buscar una solución a sus problemas a través del autoempleo.
La venta de juguetes, ropa usada, comida, nieve o frutas es una de las salidas más inmediatas que tiene este nivel de clase social.
Roberto López reveló que estos grupos sociales han realizado con un gran esfuerzo el tener su puesto ambulante. No han recibido apoyos para comprar una bicicleta, estufa o equipo para vender nieve de sabores en su colonia, por lo que consideran injusto pagar sin recibir nada a cambio.
La resistencia social de cumplir con el pago de obligaciones fiscales o de seguridad social se justifica simplemente por no haber obtenido nunca una ayuda por parte de la sociedad o del Gobierno.
Para tener un mayor apoyo como informal, las personas se unen a grupos de defensa para evitar el tributar.
Por esta razón explicó el sociólogo, se genera una fuerte evasión en el pago de impuestos en el país. La estructura de un ambulante es la misma: se mueve con una facilidad sorprendente y crece de manera acelerada, por lo que el Gobierno no puede transformarlo en un contribuyente cautivo.
En contra parte, la Secretaría de Hacienda –los tecnócratas- no han querido entender la manera de pensar de los vendedores informales, por lo cual sólo aplican medidas de escritorio para hacer que paguen sus obligaciones bajo el Régimen de Pequeños Contribuyentes, sin ofrecerles a cambio un beneficio social.
De acuerdo a Roberto López lo anterior, no es un problema de orgullo o de identidad el convencer a los ambulantes que deben tributar como cualquier otro ciudadano que trabaja, sino de carácter social y que requiere una atención más sensible a través del diálogo.
Dentro de los cambios de fondo que se sugieren para lograr que todos paguen impuestos: involucrar a la sociedad con el Gobierno, universidades, contribuyentes y sociedad civil.
La economía informal hoy por hoy es uno de los puntos más críticos y no es tan sencillo lograr buenas ganancias con la venta casera de gorditas, burritos o lonches en la vía pública.
La opción de autoemplearse ha dejado de ser un camino viable para sostener una familia en la Comarca Lagunera, pero que será una actividad que persistirá ante la falta de empleo y salarios mejor remunerados.