MEXICO, DF.- Rafael Herrerías, presidente del club Veracruz, dijo no haber vuelto a hablar con Decio de María, secretario general de la Federación Mexicana de Futbol (FMF), respecto a la negativa de su equipo para jugar este domingo al mediodía ante Jaguares de Chiapas.
Por ello ignora las bases del organismo para decir que tienen esperanza de que los Tiburones sí se presenten al encuentro, aunque confirmó que a la hora del partido habrá un representante del equipo (que puede ser Gustavo Parente, vicepresidente, o él) para hacer saber la decisión al cuerpo arbitral.
"La postura no cambia, sabemos que perderemos los tres puntos y la sanción económica a que nos haremos acreedores, pero nosotros no cambiamos. Claro que habrá alguien del equipo para que transmita nuestra decisión, pero aún no definimos si es el señor Parente o yo", apuntó.
También explicó que, a pesar de que no se presentarán a jugar, los Tiburones quedaron concentrados en vísperas de la liguilla a partir de las 19:00 horas de ayer en un hotel del puerto, y mañana tienen programado un entrenamiento a las 18:00 horas en el estadio Luis ?Pirata Fuente.
Por su lado, Chiapas, rival de Veracruz, tiene confirmada su asistencia, según afirmó su presidente, Antonio Leonardo Castañón, quien durante la semana externó su disposición para adelantar el encuentro, así como no entender la negativa de la FMF para llevar esto a cabo.
"Nosotros vamos a asistir en el día y hora que la federación designe el partido, sin embargo, creo que el Veracruz tenía razón en querer cambiar de fecha y hora", había dicho durante la semana el dirigente chiapaneco.
De consumarse el default, los Tiburones se convertirían en el tercer conjunto en la historia del balompié profesional mexicano en perder mediante esta instancia.
El primer equipo que cedió los puntos por no presentarse a cumplir su compromiso fue el ADO (Asociación Deportiva Orizabeña), que en 1945-46 no llegó a su partido ante San Sebastián.
Toluca fue el segundo, cuando bajo pretexto de guardar luto a Luis Gutiérrez Dosal siguió los pasos del ADO al no cumplir con su compromiso del 28 de junio de 1959, y cayó por default ante el Atlas.