El defensa central mexicano Rafael Márquez tuvo ayer mucha culpa de que su equipo lograra la victoria en la Copa América frente a Argentina (1-0), al anular totalmente a su compañero en el Barcelona, Javier Saviola.
El capitán mexicano fue una muralla inabordable para el pequeño delantero argentino, una sombra del que maravilló en el debut al marcarle tres goles a Ecuador.
Márquez, de 25 años, estuvo omnipresente en el centro de la cobertura mexicana, despejó con solvencia de cabeza los balones altos y salió al corte con precisión y un gran sentido de la anticipación.
Acostumbrado a estar en el mismo bando de Saviola, ayer le demostró al "Conejo" su valía y, de paso, al cuerpo técnico del Barcelona para la temporada de la Liga española que se avecina.