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MOSCÚ, RUSIA.- El Consejo de la Federación o Senado de Rusia aprobó ayer la ratificación del Protocolo de Kyoto, tratado internacional para limitar la emisión de gases que producen el efecto invernadero.
A favor de la ratificación, que despeja la entrada en vigor del Protocolo, se pronunciaron 139 senadores, sólo uno votó en contra y se registró solamente una abstención.
El Protocolo, que busca detener el fenómeno conocido como el calentamiento del planeta, fue adoptado en la ciudad japonesa de Kyoto desde el 11 de diciembre de 1997 y Rusia por su parte lo firmó el 11 de marzo de 1999.
Tras cinco años de estudio sobre la conveniencia para Rusia de la entrada en vigor del Protocolo de Kyoto, la Duma o Cámara de Diputados aprobó su ratificación a instancia del presidente de la nación rusa, Vladimir Putin.
El debate dividió a la clase política rusa entre quienes consideran que su ratificación permitirá un aluvión de inversiones directas y quienes aseguran que hipotecará su futuro crecimiento económico.
La adhesión de Rusia es decisiva para la entrada en vigor del Protocolo de Kyoto, pues para ello necesita el respaldo de países que emitan más del 55 por ciento de los gases que producen el llamado efecto invernadero.
Hasta ayer el protocolo había sido ratificado por 121 países que producen el 44.3 por ciento de los gases que producen el calentamiento total del planeta.
Con la adhesión de Rusia, que produce el 17.4 por ciento del total de esas emisiones quedaría superado el porcentaje requerido para que el Tratado entre en vigor en cada país del mundo.
El Protocolo de Kyoto prevé reducir las emisiones de gases que producen el efecto invernadero en un 5.2 por ciento respecto a los niveles de 1990 en un lapso no más lejano entre 2008 y 2012.
Países como Estados Unidos y Australia se han negado a ratificar este tratado, aduciendo que perjudica potencialmente el crecimiento económico a largo plazo.
