POR QUITZÉ FERNÁNDEZ
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- A las 9:30 de la mañana una mujer corría por la Juárez con bolsas en las manos: fueron las últimas compras navideñas. Y como ella conforme transcurrió el día, se fueron nutriendo de gente las calles y el comercio del centro de Torreón. Los morosos de la Navidad aglutinaron las calles, fue un colorido día de comercio.
Ni los dos grados de temperatura impidieron que la gente saliera: bufanda, guantes, gorros y chamarras saltaron del guardarropa para cubrirse del viento. Sueños y deseos de prosperidad se reflejaban en cada compra.
En el centro de Torreón desde temprano los puestos abrieron, tanto los formales como los informales. Rodolfo Reyes, comerciante, comenta que esta semana las ventas han subido, que siempre la gente acude en bola los últimos días, que dejan todo hasta el final y el centro se vuelve un verdadero caos, como el día de ayer.
Rodolfo dice que la situación económica es difícil, pero siempre la gente busca algún aliciente para estas fechas, y cualquier presente es bueno. En lo personal comenta que a su esposa no le va a dar nada porque no tiene mucho dinero, a su hijo sí, le regalará un juguete, esto con el fin de que siga en su mente la idea de Santa Claus.
Para Raúl le da igual comprar con tiempo que a la mera hora, en lo personal dice que no tuvo tiempo para pensar qué regalar a su familia, y por ende se tuvo que levantar temprano para recorrer las calles de la ciudad en busca de regalos.
Ya para las 10:30 era casi imposible transitar por el centro de la ciudad, tanto a pie como en automóvil, toda situación era interrumpida por el ruido del claxon y empellones de la gente. Por la Plaza de Armas la cumbia sonaba a todo volumen y había pocos haraganeando en sus bancas: estaban con los preparativos navideños.
Del otro lado, en los centros comerciales, las luces alumbraban con mayor intensidad que otros días; al subir las escaleras se observaba el mar de gente con bolsas de compras, buscando de comercio en comercio algún artículo para regalar.
A Laura se le hace mejor comprar al último día, dice que le emociona andar a las carreras, a sus 20 años le va a regalar a su papá una cartera y a su mamá una bufanda. En un momento recuerda que no ha comprado nada para el novio y en carrera se aleja con las bolsas en las manos... ¿Tal vez si se apura encuentre un suéter azul?