EFE
NUEVA YORK, EU.- La famosa Quinta Avenida de Nueva York se tornó en un arcoiris cultural durante el tradicional Desfile de la Hispanidad, que conmemoró ayer el 512 aniversario del Descubrimiento de América por Cristóbal Colón.
Un total de 20 países
-encabezados por España-, 43 carrozas y unas diez mil personas, recorrieron la avenida bajo un brillante Sol y cálida brisa otoñal, en lo que fue una gran demostración de la fusión de culturas y creencias religiosas heredadas de España, de los indígenas y de los negros que llegaron como esclavos al Nuevo Continente.
Mientras, el público aplaudía sin cesar al paso de sus delegaciones y hacían ondear sus banderas, que “pintaron” la Quinta Avenida de los más variados y alegres colores.
Cumbias, vallenatos, salsa, bachata, merengue, tango, son y cueca son algunos de los ritmos latinoamericanos que ayer reinaron en el corazón de Manhattan, donde esta comunidad mostró con orgullo que está vivo su legado cultural, a pesar de la distancia que les separa de sus países.
El Desfile de la Hispanidad conmemora este año el 40 aniversario de su fundación por un grupo que quería “venerar el espíritu de los hijos de la América hispana, con un mensaje claro a la madre patria, España, representando su cultura, costumbres y el folclor” de sus respectivos países.
“Para España es muy importante estar aquí, en un país donde las comunidad hispana alcanza ya los 40 millones de habitantes”, agregó.
Argentina fue el siguiente país en desfilar y lo hizo con hombres vestidos de gaucho y al son del tango, bailado por Alba y Jorge López, quienes durante 44 años lo han ejecutado en homenaje a la Virgen de Luján, patrona de su país.
La representación de Bolivia fue la más grande y colorista de todas, con sus “caporales” (capataces) de las haciendas, en una alegoría que muestra a éstos como un “demonio” por los crueles castigos que imponían, y el baile de “La morinada”, de La Paz, en el que los demonios se rinden ante el Arcángel San Miguel.
Chile no pasó por alto el centenario del nacimiento de su poeta Pablo Neruda, cuyo rostro presidió la carroza de ese país, y Colombia acudió con su tradicional “chiva” (colorista autobús) que se ha hecho popular en los desfiles, cargada de su flores, frutas, equipaje y de animales.
La Virgen de la Guadalupe presidió la delegación de México en Nueva York, donde esta comunidad ya se prepara para recibir a su Patrona, en el recorrido que le traerá junto a la Antorcha Guadalupana, desde su basílica en Ciudad de México a la catedral católica de San Patricio, en Manhattan, en diciembre próximo.
El Gran Mariscal fue el presidente del Congreso de Perú, Antero Flores Aráoz, quien por primera vez disfrutó del desfile, del que dijo “demuestra claramente que en EU también hay un crisol de razas, del que nos sentimos complacidos”.
