AGENCIAS
GUATEMALA, GUATEMALA.- Con un abanico de demandas que van de la marginación social al rechazo a los tratados de libre comercio, miles de indígenas inundaron ayer las calles de la capital guatemalteca.
Más de 40 mil personas, apoyadas por centrales indígenas, campesinas y sindicales, se unieron para recordarle al presidente Óscar Berger el compromiso de apoyarlos que asumió el 26 de noviembre pasado, cuando era candidato, según los organizadores.
“El nuestro no es un problema económico nada más, es cultural y social que hay que abordar porque los pueblos indígenas no tenemos participación” en la toma de decisiones en el país, dijo el director de la Coordinadora Nacional Indígena y Campesina, Juan Tiney.
En un discurso frente a la embajada estadounidense, Tiney rechazó el acuerdo comercial con Centroamérica porque “no hubo representación del pueblo indígena en esas negociaciones”.
La vocera de la Plataforma Agraria Ursula Roldán afirmó que “las organizaciones campesinas e indígenas están cansadas de varias promesas y propuestas que no se activan y no llegan a las necesidades de la población”.
Tiney añadió que las respuestas a sus demandas “siempre son tibias y superficiales. No sólo es repartir alimentos (como asistencia), falta el reconocimiento de nuestros idiomas, educación, salud”.
Entre las reformas que exigen está una reforma agraria, pues según estimaciones de los campesinos, el dos por ciento de la población es propietaria del 65 por ciento de las tierras cultivables del país.
El 42 por ciento de los 11.2 millones de guatemaltecos son indígenas, la mayoría habitantes de las cientos de comunidades pobres dedicadas a la agricultura, pero que carecen de tierras propias para trabajar y de servicios básicos para su desarrollo.
Como mínimo, los manifestantes esperan que la jornada de protestas motive la formación de una comisión de alto nivel, encabezada por el vicepresidente Eduardo Stein, que active los planteamientos que hacen.
Las protestas se realizan en el día Jun (uno) E (destino), que la cosmovisión maya interpreta como el inicio del destino, que además es el noveno aniversario de la firma en México del acuerdo de identidad y derechos de los pueblos indígenas entre las ex guerrillas y el Gobierno.
El Presidente se presentó ante los campesinos que se concentraron frente al palacio nacional, firmó el pliego de peticiones que le entregaron y les dijo que “las penas de ustedes, el abandono en que han permanecido son problemas del Presidente y de este Gabinete”.
Stein expresó que el mandatario Berger le delegó “la atención directa de esta comisión de alto nivel para atender la agenda indígena del país... espero contar con toda la fuerza e inteligencia para cumplir a su pueblo en esas responsabilidades”.
El dirigente indígena Juan Tuyuc dijo que los acuerdos de paz de 1996 “dejaron sentadas las bases para abordar los temas medulares que dieron origen al conflicto armado. Sin embargo, en la práctica esos procesos se han tardado”.
Los acuerdos de paz pusieron fin a 36 años de hostilidades que dejaron 200 mil muertos y desaparecidos en el país, en su mayoría habitantes de comunidades mayas, según informes de una comisión de la verdad auspiciada por la Organización de las Naciones Unidas.
