EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Las autoridades sanitarias realizan labores de verificación para evitar que productos calificados como ?milagrosos? se comercialicen en las farmacias y tiendas de autoservicio, aunque no tienen injerencia para regular la publicidad que se hace de éstos.
El encargado de la Jurisdicción Sanitaria Seis, César del Bosque Garza, manifestó que desde hace algunos meses se ha puesto una atención especial sobre todos aquellos productos que se promueven por televisión o medios impresos, de los cuales se ha lanzado una señal en el sentido de que pueden resultar peligrosos para quien los consume.
Refirió que sin embargo, se recibió un oficio de parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) de la Secretaría de Salud, en el sentido de no intervenir en nada relacionado con la publicidad que de éstos se haga en los comercios establecidos.
A través de la televisión, principalmente, hay infinidad de fórmulas que se ofrecen como medica-mentos para bajar de peso, incrementar la potencia sexual, desaparecer las várices, hemorroides, espinillas y una infinidad de patologías, aunque sólo son suplementos alimenticios porque carecen de los estudios necesarios ante la SSA.
La Jurisdicción Sanitaria tiene la obligación de decomisar todos aquellos productos que constituyan un riesgo para la salud pública y que no cuenten con el registro de la Secretaría de Salud, así como de analizarlos con el fin de verificar el contenido.
Cuando se comprueba que los componentes de un producto que se ofrece como natural son de origen químico, procede un apercibimiento, la destrucción de los fármacos e incluso la aplicación de multas a quien los vende y distribuye.
En las últimas semanas, los verificadores sanitarios desplegaron todo un operativo para retirar del mercado el medicamento antiinflamatorio Vioxx, del cual se determinó a través de estudios de laboratorio, que podría ser perjudicial para el organismo.
Sin embargo, al decir de César del Bosque, todas las farmacias fueron enteradas a tiempo y lo retiraron de sus anaqueles voluntariamente, embodegándolo para su devolución o destrucción por parte del laboratorio que lo distribuye.